La religión es una de las cosas más inmune al razonamiento lógico y raramente acepta razones de otros. La fe y la razón pueden ayudarse y apoyarse mutuamente. No obstante, hay que tener presente que en algún momento la razón tiene afirmaciones que no siempre concuerdan con la fe y la doctrina.
Pienso que la inspiración divina y nuestro razonamiento lógico deben ir a la par. O sea, por ningún motivo el razonamiento puede ir por encima de lo inspirado por el Espíritu Santo.
No todos los creyentes hacen buen uso del método de razonamiento lógico. Por ejemplo, algunos TJ no lo utilizan correctamente. Como he mencionado en otros de mis escritos, tuve excompañeros de trabajo que son TJ. Cuando usted le pregunta qué método utilizan para interpretar la Biblia, la contestación es, razonamiento lógico.
Dicho esto, quiero compartir y analizar varios conceptos erróneos basados en el razonamiento lógico de los TJ. Debo decir que es un método basado en la lógica humana para presentar enseñanzas particulares. La teología jehovista ha tratado por todos los medios de negar la aseidad de Cristo, y la aseidad y personalidad del Espíritu Santo. A tal punto de tener su propia versión de la Biblia. A tal extremo de recurrir a argumentos sofísticos para sostener sus enseñanzas particulares. La Biblia es lo que es. No lo que nosotros queramos que sea, «No hay que hacer ni decir más de lo que dice la Biblia.» (1 Cor 4:6 TLA). Una de las estrategias de Satanás para confundir las mentes ha sido los argumentos sofísticos. Recordemos su estrategia contra Jesús: «Si eres el Hijo de Dios [...]» (Mt 4:6). Observe, «Si eres...» o como reza el texto griego «Como eres...». Sé que esta expresión no está relacionada directamente con su aseidad, pero la traigo a colación porque en su conversación con Jesús, Satanás al citar las Escrituras, le anexionó argumentos sofísticos. Estrategia copiada por las sectas religiosas para confundir y atrapar adeptos. El teólogo presbiteriano Matthew Poole, enunció que «La verdad puede ser utilizada para el patrocinio de mentiras; y no hay ningún gancho más peligroso para los miembros de Cristo, que aquello que tiene por carnada las Escrituras mal entendidas y mal aplicadas.» El apóstol Pablo, enunció: «...hable cada uno a su prójimo con la verdad (Ef 4:25). Con respecto a la naturaleza de Cristo, debo enfatizar que nada puede ser conocido en ninguna forma aparte de la revelación divina. La revelación divina es entendida solamente por la fe, jamás por razonamiento humano. Aquí es donde fallan muchos. Pablo, aduce: «Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.» (1 Cor 2:11).
El Dr. Kime, aduce que «Para ser un intérprete capaz debe exhibir tanto cualificaciones espirituales como intelectuales. En 2 Corintios 3:5-6, Pablo, declara que es Dios quien nos hace adecuado para servirle. En contraste Pedro, habla de aquellos cuyas vidas espirituales están lejos de Dios, que fallan en la interpretación (2 Pe 3:16). En cuanto a las cualificaciones espirituales enuncia que el intérprete debe conocer a Jesús como su Salvador. Entre las cualidades intelectuales del intérprete bíblico está el pensamiento lógico y también el conocer los idiomas bíblicos. Por ejemplo, el apóstol Pablo, a menudo apela a que sus lectores usen sus mentes para seguir sus argumentos (1 Cor 11:13). El Señor, le pidió a Israel que razone con él, cuando él demuestre su caso (Is 1:18). Para entender las Escrituras, debemos ser maduros en nuestro pensamiento (1 Cor 14:19). Una mente lógica necesita ser desarrollada, no necesariamente viene de manera natural. Necesitamos estar entrenados en el pensamiento lógico y racional. En cuanto a los idiomas bíblicos, las Escrituras fueron escritas en tres idiomas: hebreo, arameo y griego. El intérprete debe estar familiarizado con los mismos. Es más probable que el intérprete descubra la interpretación correcta cuando se tenga una compresión de los idiomas bíblicos. (Adaptado de: «Hermenéutica bíblica». Harold A. Kime. Cap. 1 -9781943840106 -pdf. pp. 15-16).
Muchas personas creen que por ser espirituales tienen el dominio de interpretar las Escrituras. Las Escrituras enseñan que el Espíritu Santo, ilumina al creyente (1 Cor 2:14; 1 Jn 2:27), pero eso no quiere decir que el creyente no necesita aprender cómo interpretar las Escrituras. Hay creyentes que aducen que no necesitan estudios académicos porque el Espíritu Santo, los lleva a comprender las Escrituras. En realidad, el rol del Espíritu Santo es, iluminarnos, o sea, ayudarnos a comprender y a evaluar lo que dicen los autores bíblicos. La verdad es progresiva, sin embargo, no podemos olvidar que la Biblia es su propio intérprete. Itero, la Biblia es lo que es. No lo que nosotros querramos que sea. Lo que hace el Espíritu Santo, es iluminarnos, capacitarnos para aplicar la misma a nuestra vida. Cuando el creyente estudia la Biblia, el Espíritu Santo toma el pasaje interpretado e ilumina al creyente. Lamentablemente, para apoyar sus enseñanzas particulares, la mayoría de los creyentes se han tomado el atrevimiento, o sea, la libertad de re-interpretar la Biblia. Por eso usted ve que existen aproximadamente unas 4.300 religiones diferentes. Cada cual interpreta la Biblia, según le parezca.
Analicemos, entonces, algunos conceptos erróneos de los TJ basados en su razonamiento lógico.
🔸La TNM, Biblia manipulada.
Los TJ aducen que la Biblia, no ha sido cambiada ni manipulada. Ellos disertan: «Algunos individuos sin escrúpulos han tratado de cambiar el mensaje de la Biblia. Ha habido copistas y traductores que han intentado cambiar el mensaje de la Biblia para que se adapte a sus doctrinas, en vez de adaptar sus doctrinas a lo que dice la Biblia.» (JW.org).
Enuncian que algunos individuos sin escrúpulos han tratado de cambiar el mensaje de la Biblia. Sin embargo, quienes han cambiado el mensaje de la Biblia han sido ellos. Han cambiado el mensaje central de la Biblia: «la salvación en Cristo Jesús» por un mensaje antropocéntrico, o sea, centrado en su religión: «Si no perteneces a su religión no serás salvo». Solo tiene que entrar a su sitio oficial y ver su propuesta salvífica. Su TNM es una versión completamente manipulada. En su sitio web preguntan: ¿Es exacta la Traducción del Nuevo Mundo? Aducen que es una Biblia exacta, clara, fidedigna y honesta. Basada en textos de fuentes confiables. Fiel al mensaje original, y lo más literal posible. Cabe preguntar, ¿Es esto correcto? Por supuesto que no. No existe una traducción bíblica que sea fiel y exacta al manuscrito original. No hay evidencia de los manuscritos originales para corroborar lo aseverado. No existe ningún manuscrito prístino, o sea, que se mantenga inalterado, puro, tal como era en su forma primera. Itero, no existe. Solo existen copias de copias. Aproximadamente 1.600 manuscritos del Antiguo Testamento, y casi 25.000 del Nuevo Testamento.
La TNM es una Biblia editada con un solo propósito: hacer que la misma se ajuste a las doctrinas particulares sincretista de los TJ. Una traducción completamente manipulada. Sin duda alguna, el jehovismo, al percatarse que sus doctrinas particulares no eran compatibles con las creencias del cristianismo, ni con sus versiones bíblicas, en lugar de atenerse a lo escrito por los autores bíblicos inspirados, decidió alterar las Escrituras para que fueran compatibles con sus creencias. El inescrupuloso comité alteró todo texto bíblico inspirado por el Espíritu Santo, que no era compatible con sus creencias para así acomodarlo a su teología sincretista. Su traducción no solamente presenta problemas lingüísticos, sino también teológicos. Es una versión bíblica acomodada a su filosofía religiosa sincretista. Tanto así que el Cuerpo Gobernante le da lo mismo porque le permite a sus traductores citar autores trinitarios, ateos, agnósticos, paganos, etc., para defender sus postulados.
🔸 Jesús, es el Arcángel Miguel.
Cuando usted le pregunta a un TJ, ¿Quién es Jesús? Automáticamente le contesta, Jesús, es el arcángel Miguel. Un ser creado en algún tiempo de la eternidad.
En realidad, no hay un versículo bíblico explícito en el cual Jesús, haya dicho «Yo soy el arcángel Miguel». No obstante, el sitio oficial de los TJ taxativamente enuncia: «De modo que el arcángel Miguel, es Jesús, antes de venir a la Tierra. Después que resucitó y volvió al cielo, Jesús retomó su servicio como Miguel, el jefe de los ángeles [...]» (Disponible en: https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2010250).
Tanto los TJ como otros creyentes, creen que Miguel es un nombre de Cristo, en su existencia prehumana y posterior a la resurrección. Sin embargo, no hay un solo pasaje bíblico explícito ni implícito en el cual Jesús, se autodomine como el arcángel Miguel, pero los watchowerianos afirman taxativamente que Jesús es el arcángel Miguel. Un ser creado en algún tiempo de la eternidad.
En cuanto a que el arcángel Miguel es el mismo Cristo, podemos hacer un breve análisis de las evidencias lingüísticas, literarias e históricas que se tienen al respecto. Los TJ, dicen: «Jesús no es Dios y nunca reclamó serlo» (Should You Believe…?, 2000). Se puede entender «...por las escrituras que Jesús es el arcángel Miguel» (The Watchtower, pág. 29, 1979). «El gran príncipe Miguel es nada menos que el mismo Jesús» (The Watchtower, pág. 29, 1984). «Existe evidencia escritural para concluir que Miguel era el nombre de Jesucristo antes que dejara el cielo y después de su regreso» (Revista «El Atalaya», ed. 15 de mayo de 1969, pág. 309). La evidencia escritural que presentan los TJ, supuestamente, se encuentra en 1 Tesalonicenses 4:16 y Judas 9. «...el ángel principal, tanto en poder y autoridad, es el arcángel, Jesucristo, también llamado Miguel» (The Truth About Angels, 2001. Disponible en: www.watchtower.org).
Estos son los cinco (5) pasajes mencionados en las Escrituras con respecto al nombre Miguel, (Dn 10:13, 21; 12:1; Jds 9; Ap 12:7). Ninguno identifica explícitamente a Miguel con Cristo. Tanto los TJ como otros creyentes deducen que Miguel es Cristo. Con respeto al nombre «Miguel», este nombre en hebreo es מִיכָאֵל, Mi-kha-El, [מִי Mi «¿quién?»], [כָ kha «como»], [אֵל El «Dios»], literalmente «¿Quién como Dios? o ¿Quién es como Dios». En griego Μιχαήλ, Mijael, «Miguel» transliterado del hebreo con igual significado. Si los TJ afirman que Miguel era el nombre de Jesús antes de venir a este mundo, y que ambos son el mismo personaje, es porque subyacentemente, reconocen que Cristo es Dios, como disertan en su Biblia: «con nosotros está Dios» (Mt 1:23 TNM). Sin duda alguna, los TJ evidencian que Jesús es Dios. Aunque en sus últimos escritos su cristología ha sufrido algunos cambios. Antes decían que Jesús, no era Dios. Posteriormente, bajo la presión teológica protestante, han aceptado que Jesús es Dios, pero según ellos «un dios menor». Esto los convierte en politeístas porque creen en más de un Dios. El trinitarianismo cree en un solo Dios. El dilema del jehovismo está en su sincretismo religioso. Es un sistema religioso que ha recogido las migajas heréticas de cuanta religión existe. No tienen una teología propia. Presuponen que existe evidencia escritural para concluir que Miguel es Cristo, antes que dejara el cielo y después de su regreso. El asunto es que al identificar al Hijo de Dios, con un ángel, presuponen que Cristo es un ser creado como los ángeles (Ez 28:13). Hay que torcer las Escrituras para llegar a semejante conclusión. ¡Qué barbaridad! Otros creyentes relacionan el nombre Miguel (Ap 12:7) con Cristo (Ap 12:10-11). Concluyen que el nombre Miguel es un título funcional. Porque según ellos, Cristo no es un ángel. Tampoco un ser creado.
🔸El híbrido «Jehová».
Los watchowerianos afirman: «La Biblia dice que Dios, tiene un nombre que solo le pertenece a él: Jehová (Ex 3:15; Sl 83:18). Proviene de un verbo hebreo que significa "llegar a ser". Algunos expertos opinan que este nombre significa "Él Hace que Llegue a Ser". Esta definición encaja con el hecho de que Jehová creó todas las cosas y de que cumple todo lo que se propone (Is 55:10, 11). La Biblia, también nos ayuda a conocer su personalidad, en especial su cualidad más sobresaliente, el amor (Ex 34:5-7; Lc 6:35; 1 Jn 4:8). La primera traducción bíblica en este idioma que contiene el nombre de Dios es la de los Salmos de Juan de Valdés, de alrededor de 1537.» (Disponible en: https://www.jw.org/es/ense%C3%B1anzas-b%C3%ADblicas/preguntas/quien-es-jehova/). «El Tetragrámaton se ha traducido como Jehová cada vez que aparece en los textos originales del Antiguo Testamento; un total de 6.973 veces. Sobre el uso de la forma «Jehová» por sobre «Yahweh», el Comité del Nuevo Mundo prefirió la primera por ser más conocida en inglés. El nombre Jehová también fue usado 237 veces en el Nuevo Testamento al decidir el equipo de traductores reemplazar los términos griegos Kyrios (Señor) y Theos (Dios) por Jehová.» (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Traducci%C3%B3n_del_Nuevo_Mundo_de_las_Santas_Escrituras).
Significativo el hecho que los TJ reconozcan que el nombre «Jehová» es inadecuado. Esto se percibe en su libro, «Santifiquemos tu Nombre», donde admiten libremente en las páginas 16 y 18 que Yahweh, es la mejor pronunciación del Tetragrámaton. De hecho, este libro fue retirado. No obstante, en el prefacio de su libro «The Kingdom Interlineal Translation of the Greek Scriptures» [Traducción Interlineal del Reino de las Escrituras Griegas], encontramos en la página 23 la siguiente admisión: «Mientras nos inclinamos a ver la pronunciación «Yahweh» como la forma más correcta, nosotros hemos retenido la forma «Jehová» porque es más familiar para las personas desde el siglo XIV. Además, preserva igualmente con otras formas, las cuatro letras del Tetragrámaton JHVH.» (Disponible en: https://www.yaiy.org/literature/SpanishIsHisName_Print.html).
Los TJ afirman que la forma más correcta es «Yahweh» pero se inclinan por la forma «Jehová» porque es familiar. Imagino que es por su forma latinizada. El Testigo de Jehová, Edward Oldhouse, aduce: «Los testigos de Jehová adoptamos la forma Jehová porque hablamos español, no hebreo.» (Disponible en: https://es.quora.com/Cu%C3%A1l-es-el-nombre-hebreo-de-Dios-y-por-qu%C3%A9-los-testigos-de-Jehov%C3%A1-lo-cambiaron-a-Jehov%C3%A1). ¡Qué barbaridad! Adoptamos la forma Jehová porque hablamos español no hebreo. Sin palabras. Esto es increíble. Los TJ en su libro «Santificado sea tu nombre», página 13, dicen: «El Creador del universo primeramente reveló su nombre al hombre en lo que ahora se llama el hebreo. Por esa razón tenemos que regresar a las Escrituras Hebreas para aprender cuál es su nombre.» Observe lo que dicen, «Por esa razón tenemos que regresar a las Escrituras Hebreas...». Si hubiesen regresado a las Escrituras hebreas, el Cuerpo Gobernante se habría dado cuenta que la grafía hebrea es יהוה, no יְהֹוָה Yəhōwā. Aducen que el nombre de Dios es Jehová, pero en la TNM, predomina el título «Dios» no «Jehová».
De acuerdo con los watchowerianos, el nombre «Jehová» es el nombre propio de Dios. Según ellos, proviene de un verbo hebreo que significa «llegar a ser». Me parece un razonamiento incorrecto. El hebreo antiguo se escribía sin vocales, por lo tanto, lo que aparece plasmado en la Escritura hebrea es el tetragrama יהוה, no la palabra יְהֹוָה Yəhōwā. La palabra Yəhōwā no es parte de la lingüística hebrea. Es una palabra latinizada que se pronuncia como Jehová. Es una pronunciación defectuosa del tetragrama יהוה. La palabra Yəhōwā es un híbrido. Siendo que está fuera de la lingüística hebrea no significa absolutamente nada. Es solamente eso, una palabra inventada. Una imposibilidad filológica. Cómo puede venir de un verbo hebreo si, ni siquiera la palabra es hebrea, sino latina. El híbrido «Jehová» surge del intento de interpretar la fonética del tetragrama יהוה con los signos de puntuación masoréticos de la palabra אֲדֹנָי Aḏōnāy. «Alrededor del siglo XII, los masoretas agregaron los puntos vocálicos de Aḏōnāy al tetragrama יהוה, y la forma resultante fue (יְהֹוָה) YeHoWa» (Schaff, Philip - Yahweh The New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge Volume XII , Paper Book House, Grand Rapids, Michigan, 1950, pág. 480). Los eruditos cristianos de habla latina reemplazaron la [Y] (que no existe en latín) por una [I] o su variante [J] y la [W] por una [V/u], su derivadas Iehouah y Jehovah aparecieron por primera vez en el siglo XII, por lo tanto, Iehovah se convirtió en la latinización de origen masoreta. Posteriormente, personas como el dominico, teólogo y orientalista español Raimundo Martí, en su escrito latino «Pugio fidei Christianae» (c. 1270), utiliza una vocalización similar al híbrido Jehová. El confesor del papa León X, el fraile italiano, filósofo, teólogo y orientalista Pedro Galatino o Pietro Colonna Galatino también conocido como Petrus Galatinus, hizo lo propio aproximadamente para el año 1518. Juan de Valdés, escritor religioso español, y reformador católico, hizo lo propio aproximadamente para el año 1537. Sin embargo, el nombre «Jehová» es una imposibilidad filológica. Es solamente un híbrido. Sea como sea, los autores antes mencionados popularizaron la forma Iehovah en latín. La Biblia Casiodoro de Reina (Iehova, 1602) y la Biblia del Oso (Iehoua, 1569) popularizó el nombre en castellano. Otros traductores como Tyndale (Iehouah, 1530), João Ferreira de Almeida (JEOVÁ, 1948) o Johannes Bugenhagen (HERR "SEÑOR") popularizaron el nombre en inglés, portugués y alemán, entre otros idiomas. Sin embargo, muchas ediciones modernas de estas mismas traducciones han eliminado el nombre. En realidad, cuando los judíos veían el nombre divino יהוה lo sustituían por Aḏōnāy. Nunca pronunciaban YeHoWa.
🔸 El Espíritu Santo, es la fuerza activa de Dios.
Los TJ afirman que el Espíritu Santo, es una fuerza, una influencia. Pero es difícil desarrollar una relación con una fuerza o una influencia. La acreditada Biblia «Palabra de Dios para Todos», vierte así: «No hagan poner triste al Espíritu Santo, quien es la garantía para su completa liberación en el día señalado.» (Ef 4:30 PDT). Los autores bíblicos están claros que el Espíritu Santo, no se apareció a los seres humanos en forma personal (corporal) discernible como Cristo (Jn 1:32; He 2:1-4). Como su naturaleza y esencia son incomprensibles, pues, los TJ especulan que es una fuerza, un poder, una influencia. Como algunas versiones bíblicas traducen: «Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo [...] (He 1:8 BLPH), los TJ creen que el Espíritu Santo es una fuerza. Una cosa es recibir la fuerza o el poder del Espíritu Santo, y otra cosa es decir que el Espíritu Santo es una fuerza o un poder.
Definamos el término «fuerza». La mayoría de los diccionarios disertan que el término «fuerza» es un concepto abstracto. Es la capacidad física para realizar un trabajo o un movimiento. Cualquier acción, esfuerzo o influencia que puede alterar el estado de movimiento o de reposo de cualquier cuerpo. Con respecto al término «influencia» es la cualidad que otorga capacidad para ejercer un determinado control sobre el poder por alguien o algo.
Cabe preguntar, ¿Puede una fuerza inspirar, hablar, enseñar, escuchar, guiar, convencer, hacer recordar o dar testimonio? El razonamiento ilógico wachtoweriano optará por decir que la fuerza de Dios puede hacerlo. Volvemos a lo mismo «la fuerza de Dios». Una cosa es recibir la fuerza o el poder del Espíritu Santo y otra cosa es decir que el Espíritu Santo es una fuerza o un poder.
Dios, no nos explica la naturaleza del Espíritu Santo. Permítame hacer una aclaración con respecto al término «ser» que a veces usamos para referirnos a Dios. Bien sabemos que el término «ser» se aplica a los seres humanos. Sin embargo, pienso que Dios es una divinidad que posee atributos propios de una persona con la cual es posible establecer una relación. Por eso fuimos creados a su imagen y semejanza. Esto contrasta con las concepciones de un Dios catalogado como una fuerza impersonal o un ser abstracto. Como dije anteriormente, Dios no nos explica la naturaleza del Espíritu Santo, pero el ser humano en su atrevimiento es taxativo al tratar de explicar lo inexplicable. Al ser humano le gusta entrometerse en lo que Dios no ha revelado (Dt 29:29). Reitero, Dios no nos explica la naturaleza del Espíritu Santo. Esto me hace recordar las palabras del probervista: «Lo que sí he llegado a entender es que Dios nos hizo perfectos, pero nosotros lo enredamos todo.» (Ecc 7:9 TLA). Este pasaje presenta un principio significativo, «Dios, hace las cosas sencillas pero nosotros lo complicamos todo». Tanto así que existen aproximadamente 4.300 religiones diferentes en el mundo porque ninguno se pone de acuerdo en doctrina. «Pablo resalta la plena divinidad del Espíritu como el "Espíritu Santo de Dios", y destaca la personalidad del Espíritu al reflejar que el Espíritu Santo, se entristece. (Ver también Ro 8:16, 26, 27; 1 Cor 2:10, 13; 12:11; Ga 5:17, 18). Debemos andar con cuidado al analizar el misterio de la Deidad. El Espíritu es uno con el Padre y con el Hijo, y, a la vez distinto del Padre y del Hijo. "El Espíritu tiene su propia voluntad, y por lo tanto toma decisiones. Podemos entristecerlo y blasfemar contra él. Esas expresiones no son propias de un mero poder o influencia, sino que son características de una persona. ¿Es entonces el Espíritu una persona como tú y como yo? No, usamos terminología humana limitada para describir lo divino, y el Espíritu es lo que los seres humanos nunca pueden ser" (Paul Petersen, God in 3 Persons—In the New Testament [Silver Spring, MD: Instituto de Investigación Bíblica, 2015], p. 20, citado en John K. McVay. Efesios, 2023 ). Para la mayoría de los cristianos el Espíritu Santo es un ser personal porque posee las características de la personalidad. Por ejemplo, intelecto, emociones, voluntad, etcétera.
Los TJ disertan en su página web lo siguiente: «Aunque la Biblia menciona el nombre propio de Dios, Jehová, y el de su hijo, Jesucristo, en ningún lugar le da un nombre al espíritu santo» (Disponible en: https://www.jw.org/es/ense%C3%B1anzas-b%C3%ADblicas/preguntas/qu%C3%A9-es-el-esp%C3%ADritu-santo/). En otras palabras, para los watchowerianos el nombre divino del Espíritu Santo no es un nombre. Sin embargo, los eruditos de la Real Academia de la Lengua, en su «Diccionario Panhipánico de Dudas», en la sección 5.2.5 lo identifica como nombre propio (Diccionario Panhipánico de Dudas. RAE. Sección 5.2.5. Disponible en: https://www.rae.es/dpd/may%C3%BAsculas).
En su página web preguntan, ¿Qué es el espíritu santo? seguido por una respuesta. En realidad, no es la respuesta de los autores bíblicos inspirados por el Espíritu Santo, sino la respuesta del Cuerpo Gobernante basada en su Biblia (TNM). Es lamentable el engaño y el daño que hace esta secta. Aducen, «El espíritu santo no es una persona». Es que en ningún momento los escritores biblicos han dicho que el Espíritu Santo es una persona como usted y yo. Los autores bíblicos solamente describen las cualidades y características del Espíritu Santo. La pregunta, ¿Qué es el espíritu santo? es incorrecta porque la Biblia no habla de la naturaleza del Espíritu Santo, ¿Qué es? o ¿Cómo es?, sino ¿Quién es? «No hay que hacer ni decir más de lo que dice la Biblia.» (1 Cor 4:6 TLA).
🔸La resurrección y el cuerpo espiritual de Cristo.
Los TJ aseguran que Cristo no resucitó en un cuerpo humano y físico, sino como un espíritu invisible. Enuncian: «…Al ser resucitado para vivir en el cielo, llegó a ser un espíritu dador de vida…» «Así es que, si Jesús dio su vida humana, incluso su cuerpo carnal como un rescate por la humanidad, no es posible que haya sido levantado de entre los muertos como humano, con su cuerpo de carne y sangre… Por lo tanto, Dios debió deshacerse milagrosamente de ese cuerpo…» («El Conocimiento que lleva a Vida Eterna», 1995, p.68; Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. 1, p. 1220; Despertad, 1973, pp. 3-4). «…en su resurrección llegó a ser un espíritu dador de vida. Es por eso que la mayor parte del tiempo fue invisible para sus fieles apóstoles… Ya no necesita un cuerpo humano… Se deshizo del cuerpo humano carnal, el cual Jesucristo entregó para siempre como sacrificio expiatorio, por medio del poder de Dios». («Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta», pp. 332, 354). «Por lo tanto, las pruebas indican que al Hijo de Dios se le conoció como Miguel antes de venir a la Tierra y también se le conoce por dicho nombre desde su regreso al cielo, donde reside como el glorificado Hijo celestial de Dios». («Razonamiento a Partir de las Escrituras», 1989, p. 216).
Según el razonamiento lógico de los TJ, Cristo resucitó con un cuerpo espiritual, o sea, un cuerpo glorificado invisible (espíritu), no de carne y sangre. Este razonamiento no es consono con lo inspirado por el Espíritu Santo. ¿Por qué? Porque contradice la enseñanza de la encarnación de Cristo. Admito de antemano que no tenemos la profundidad de pensamiento racional, en lo absoluto, para comprender el misterio de la encarnación de Cristo. Ahora bien, el pensamiento lógico jehovista tira por la borda la encarnación eterna de Cristo. En el relato juanino (1-18) habla de la palabra encarnada, «Y aquella Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros; (y vimos su gloria,) gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.» (Jn 1:14 JBS). Cabe preguntar, ¿La encarnación de Cristo, fue temporal o para siempre? La evidencia bíblica es clara y contundente, la unión de la naturaleza humana y divina de Cristo fue para siempre. El Cristo que se levantó de la tumba era un ser humano, pero con un cuerpo glorificado (Jn 20:27). Hubo personas que así lo testifican, por ejemplo, María (Jn 20:18) y los discípulos (Jn 21:1). Ascendió al cielo con un cuerpo humano y físico. Llevó la naturaleza humana consigo hasta el trono celestial (He 1:11). De hecho, intercede por nosotros como hombre, no como un espíritu, «Pues hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre ἄνθρωπος anthrōpos, «ser humano» (1 Ti 2:5). Note que dice ἄνθρωπος anthrōpos, «hombre», no dice πνεῦμα pneuma «espiritu». Es obvio que el Hijo de Dios, se hizo humano para siempre (Mt 26:29; Lc 24:39-43; He 1:11; 1 Ti 2:5). La encarnación es parte del plan de salvación. Es parte del sacrificio de Cristo por nosotros. Por eso su sacrificio por nosotros es eterno.
El razonamiento de los TJ que aduce que Cristo resucitó como un espíritu invisible y no con un cuerpo humano y físico es contraproducente, «No hay que hacer ni decir más de lo que dice la Biblia.» (1 Cor 4:6).
Basado en los errores hermenéuticos expuestos se finiquita que los TJ no interpretan la Biblia correctamente. Mi consejo a los TJ es el siguiente: en primer lugar, como intérpretes deberían desarrollar su razonamiento lógico con la ayuda del Espíritu Santo. La inspiración divina y nuestro razonamiento lógico deben ir a la par. Por ningún motivo nuestro razonamiento puede ir por encima de lo inspirado por el Espíritu Santo. En segundo lugar, el consejo o grupo de personas encargadas de interpretar la Biblia, debería estudiar los idiomas bíblicos para llegar a conclusiones correctas. En tercer lugar, deberían tomar en serio el consejo paulino que dice: «No hay que hacer ni decir más de lo que dice la Biblia.»
Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.
¡Bendecido día!
«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)
Prof. Benjamín López Rivera, MEd
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