«Vengan ahora, y razonemos», Dice el Señor, «Aunque sus pecados sean como la grana, Como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, Como blanca lana quedarán» (Is 1:18, LBLA).
לְכוּ־נָ֛א וְנִוָּֽכְחָ֖ה יֹאמַ֣ר יְהוָ֑ה אִם־יִֽהְי֨וּ חֲטָאֵיכֶ֤ם כַּשָּׁנִים֙ כַּשֶּׁ֣לֶג יַלְבִּ֔ינוּ אִם־יַאְדִּ֥ימוּ כַתֹּולָ֖ע כַּצֶּ֥מֶר יִהְיֽוּ׃ (Hebrew Texts Westminster Leningrad Codex)
La expresión "Vamos a razonar juntos" ונוכחה ve nivāk e châh de יכח yâkach (tener razón), se puede usar en la forma hiphil. En este caso el verbo significa demostrar. Demostrar que tiene razón.
En otro lugar enuncia: "Hazme recordar, discutamos juntos nuestro caso; habla tú para justificarte" (Is 43:26).
El pasaje isaiano (1:18) pudiera transmitir que más allá de percibir la invitación yahvista lo que trata es poner fin a todo razonamiento o justificación humana. Dios es razonable. Nos llama a tratar libremente con sinceridad nuestros problemas. Se interesa en las cosas que nos afectan. Se preocupa y ocupa por nuestra condición espiritual. Desea que nos apartemos del pecado.
En ambos pasajes percibimos la promesa inmutable: el perdón y la limpieza de nuestros pecados. Aquí el peor de los pecadores encuentra consuelo y esperanza en Dios. "En este pasaje Dios nos asegura que, no importa cuán culpables podamos haber sido en lo pasado ni cuán consumado haya sido nuestro pecado, todavía él puede devolvernos la pureza y la santidad. Esta promesa no sólo tiene que ver con los resultados del pecado, sino con el pecado mismo. Este puede ser erradicado y eliminado por completo de la vida. Con la ayuda de Dios, el pecador puede lograr el dominio completo de todas sus flaquezas" (CBA).
Razonemos
Debido al engaño causado por nuestro némesis el diablo hemos sido "destituidos de la gloria de Dios" (Ro 3:23). Con relación al verbo יכח yâkach "tener razón", no tenemos ninguna excusa válida para justificarnos delante de Dios. No podemos justificar nuestros deslices. Aceptemos nuestra condición espiritual y entremos en razón con Dios. Él nos dice: "Aduce tus razones y discutamos, dilas, si quieres ser absuelto" (Is 43:26, BLP). El imperativo yahvista sigue siendo el mismo: "Y serán santos como Yo soy santo" (Lv 11:45; 1 Pe 1:16). Si discutimos nuestro caso con Dios. Si somos sinceros con él, y nos arrepentimos de todo corazón, él puede devolvernos la pureza y la santidad. Todavía hay esperanza.
Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.
¡Bendecido día!
«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)
Prof. Benjamín López Rivera, MEd
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