Las iglesias evangélicas, los movimientos pentecostales, los movimientos religiosos independientes, y otros grupos religiosos afirman que la νόμος του θεού
nómos tou Theoú «Ley de Dios» fue dada única y exclusivamente a Israel. Ellos aducen que la Biblia enuncia que los cristianos no tienen nada que ver con la Ley de Dios porque no están bajo la «Ley», sino bajo la «gracia». Alva J. McClain dice, «La Ley fue dada solamente a Israel por medio de un pacto» (Alva J. McClain. «La Ley Escrita por Dios Dada a Israel». Disponible en: https://evangelio.blog/2016/10/13/la-ley-escrita-por-dios-dada-a-israel/). El sitio oficial de la Watchtower diserta, «La Ley no se dio a toda la humanidad» («¿Estamos bajo los diez mandamientos?» Disponible en: https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1101989114). El portal Got Question enuncia, «La Ley de Moisés fue dada específicamente a la nación de Israel» («Got Question». Disponible en: https://www.gotquestions.org/Espanol/ley-de-moises.html). La página web Truth For The World articula, «No había sido dada a sus antepasados. ¡Fue dada solamente a los hijos de Israel! La ley dada en el Monte Sinaí fue dada a Israel, y a ninguna otra nación.» (Truth For The World. «¿Debemos seguir los diez mandamientos hoy?» Disponible en: https://truthfortheworld.org/debemos-seguir-los-diez-mandamientos-hoy). Marlon Retana, en su blog cita a Wayne Jackson el cual verbaliza, «¿Por qué algunos insisten en que los cristianos están bajo la ley hoy en día? No estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. La ley vino por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesús (Jn 1:17).» (Wayne Jackson. «¿Estamos bajo la ley o la gracia?» Disponible en: https://marlonretana.com/cc-estamos-bajo-ley-o-gracia/#:~:text=No%20estamos%20bajo%20la%20ley,(Juan%201%3A17).
Los detractores de la Ley de Dios afirman que la Biblia muestra claramente que la Ley fue dada única y exclusivamente a Israel. Se adhieren a pasajes como Deuteronomio 5:1-3 y Salmo 147:19, 20 para defender su tesis:
«Entonces llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, oh Israel, los estatutos y ordenanzas que hablo hoy a vuestros oídos, para que los aprendáis y pongáis por obra. El Señor nuestro Dios hizo un pacto con nosotros en Horeb. No hizo el Señor este pacto con nuestros padres, sino con nosotros, con todos aquellos de nosotros que estamos vivos aquí hoy.» (Dt 5: 1-3 LBLA)
«Ha manifestado sus palabras a Jacob, Sus estatutos y sus juicios a Israel. No ha hecho así con ninguna otra de las naciones; Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron. Aleluya.» (Sl 147:19-20 RVR 1960)
El pasaje deuteronómico diserta «No hizo el Señor este pacto con nuestros padres...», es decir, los antepasados Abrahán, Isaac, Jacob y los doce patriarcas. Los acuerdos entre el Señor y los padres fueron de índole personal. Fue en la experiencia sinaítica que por primera vez el Señor entró en un pacto con toda una nación (Ex 20:3-17).
El salmista aduce «No ha hecho así con ninguna otra de las naciones...». Solo con la nación de Israel. ¿Fueron favorecidos ante las demás naciones? La disertación paulina articula, «estos son israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.» (Ro 9:4-5).
Me parece que los pasajes antes expuestos no tienen nada que ver con una Ley predestinada para una nación. Mas bien estos pasajes disertan la disponibilidad del pueblo israelita para aceptar la encomienda del Señor. Independientemente de lo que se pueda pensar al respecto, Israel no fue escogido por favoritismo. Mas bien era un pueblo insignificante, «El Señor los quiere, y los ha escogido, no porque ustedes sean más numerosos que todos los pueblos, pues ustedes eran el pueblo más insignificante de todos, sino porque el Señor los ama y porque quiso cumplir el juramento que les hizo a sus padres. Por eso el Señor los ha sacado con mano poderosa; por eso los ha rescatado de la esclavitud y del poder del faraón, el rey de Egipto. Sábelo bien: el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel que cumple con su pacto y su misericordia con aquellos que lo aman y cumplen sus mandamientos, hasta mil generaciones.» (Dt 7:7-9 RVC). El relato deuteronómico enuncia que Israel era un pueblo insignificante que fue elegido no por sus méritos, sino por obra y gracia del Señor. Dios no tiene favoritos. Dios no hace acepción de personas (Dt 10:17; He 10:34-36; Ro 2:11; 1 Pe 1:17). La promesa yahvista referente a la descendencia abrahámica se cumplió sin favoritismo alguno. Esta llegaría a ser una gran nación y ocuparía la tierra de Canaán (Ge 12:3, 7;17:4; 7-8; 22:17). El Señor bendijo a Abraham y a sus descendientes debido a la fe del patriarca. Este obedeció las instrucciones y la Ley de Dios (Ge 26:3-5). Promesa iterada con Isaac, hijo de Abraham y su nieto Jacob (Ge 17:21; 26:24; 28:1-4, 13). El Señor es fiel a su palabra y sigue cuidando de su pueblo espiritual.
En cuanto al argumento de que la Ley de Dios fue dada única y exclusivamente a la nación israelita no es correcto. Esto es lo que piensan los evangélicos, los pentecostales, los movimientos religiosos independientes, y otros grupos religiosos que afirman que como la Ley era inútil para la salvación, es indiferente que un creyente peque ya que no es juzgado por su pecado. Estoy absolutamente en desacuerdo con este argumento. Reconozco que la Ley no salva, pero que una persona que haya cometido pecado y no sea juzgado por el mismo no es cierto porque «Un día tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, y seremos juzgados. Cada uno recibirá lo que merezca por las buenas o las malas cosas que haya hecho mientras estaba en el cuerpo.» (1 Cor 5:10 NBV).
El apóstol Pablo presenta un hecho significativo cuando afirma que «Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados. Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley, sino a los que la cumplen.» (Ro 2:12-13 NVI). Significativo, el pasaje enuncia que Dios no considera justos a los que oyen la ley, sino a los que la cumplen. El apóstol Pablo diserta: «Los hacedores de la Ley serán justificados» (Ro 2:13). «Pues el simple acto de escuchar la ley no nos hace justos ante Dios. Es obedecer la ley lo que nos hace justos ante sus ojos» (Ro 2:13 NTV). El pensamiento paulino es objetivo. Dios no considera justos a los que oyen la Ley, sino a los que la cumplen. ¿Por qué? Porque son los hacedores de la Ley, los que serán justificados por la fe en Cristo Jesús. Además, todos los que han pecado conociendo la Ley, por la Ley serán juzgados. Estas palabras paulinas fueron escritas después de la muerte y resurrección de Cristo. Si de todas maneras la Ley iba a ser abolida, entonces, ¿a qué se debe el argumento paulino? ¿Por qué el Señor daría una Ley que aboliría posteriormente? ¿No era mejor evitar el sufrimiento de Cristo, y abolir la Ley? El razonamiento evangélico expone que la Ley era un conjunto de leyes. Que con la muerte de Cristo todos los requisitos se cumplieron. Exacerbar que toda la Ley fue abolida no es correcto. Se aduce que la Ley fue abolida porque era un conjunto de leyes. No objeto el que fuera un conjunto de leyes. El que fuera un conjunto de leyes nos dice que cada ley tenía su función. Por ejemplo, todas las leyes que tenían que ver con el ritual cúltico del Santuario terrenal cumplieron su objetivo. Además todas estas leyes pertenecían a la Ley mosaica.
No confunda la Ley de Dios con la Ley de Moisés. Existen sus diferencias: La Ley de Moisés se compone de 603 mandamientos o más. Es la Ley de los ritos ceremoniales, la de los mandamientos expresados en ordenanzas, etcétera (Ef 2:15). Se componía de leyes civiles (estatutos y juicios) (Ex 21-23). Leyes cúlticas añadidas posteriormente que regulaban la tribu de Leví en el servicio del templo (Lv 1-7), etcétera. La Ley de Dios, la escrita con su propio dedo» (Ex 31:18) se compone solamente de las diez palabras o mandamientos (Ex 20:3-17). La Ley de Moisés fue puesta fuera del arca del testimonio (Dt 31:24-26). La Ley de Dios estaba dentro del arca del testimonio (Dt 10:8; cf. 2 Cro 5:10; Hb 9:4). La Ley de Moisés era basada en normas. La Ley de Dios es basada en principios. Existe una marcada diferencia entre normas y principios. Ambos son sumamente importantes. La diferencia es que las normas caducan. Pueden cumplirse o no. Los principios no caducan. Los diez mandamientos son principios eternos. No son la totalidad la Ley de Dios, sino principios del Sistema Gubernamental Celestial adaptados a los seres humanos caídos en pecado. Desde esta perspectiva deduzco que podemos exegizar el pasaje santiagués 2:10 «Porque cualquiera que guardare toda la ley [o sea, todo el Sistema Gubernamental Celestial], pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos [o sea, del Sistema Gubernamental Celestial].» (Énfasis nuestro).
Con respecto al argumento de que los cristianos no tienen que guardar la Ley de Dios porque no están bajo la ley, sino bajo la gracia, cabe preguntar, ¿la gracia anula la Ley? De inmediato enuncio que la gracia no anula la Ley. No obstante, permítame analizar algunas lecturas. Comencemos con Romanos 6:14.
Veamos qué dice el pasaje: «Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia.»
Romanos 6:14 se da en el contexto de la promesa. ¿Qué promesa? La promesa de la victoria sobre el pecado: «el pecado no tendrá dominio sobre nosotros». Es difícil tener la victoria sobre el pecado si desobedecemos los mandamientos de Dios. Cuando hago alusión a los mandamientos de Dios no solamente hago referencia a los diez mandamientos o diez palabras, sino a todos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió» (1 Jn 2:3-6 NVI).
El pasaje en griego reza así: μαρτία γὰρ ὑμῶν οὐ κυριεύσει, οὐ γάρ ἐστε [ὑπὸ νόμον] ἀλλὰ ὑπὸ χάριν. «hamartia gar hymōn ou kyrieusei, ou gar este hypo nomon alla hypo charin». ὑπὸ νόμον hypo nomon, literalmente «bajo ley», en el sentido de estar bajo la condenación de la ley (Ro 6:14). Una palabra griega relacionada con este pasaje es el adjetivo nominativo ἔννομος énnomos normalmente traducido «bajo ley», inarticulado, literalmente significa «dentro de la ley». Sugiere vivir dentro de los requerimientos de la Ley por medio de nuestra unión con Cristo (1 Cor 9:21). Significa que cuando nos hemos arrepentido y empezamos a obedecer la Ley de Dios ya no estamos bajo la pena de la Ley [la muerte], porque hemos recibido el perdón inmerecido, y ya no vamos a practicar el pecado [no vamos a transgredir la Ley de Dios (Ro 6:15)]. Hablando de la muerte, la literatura apocalíptica jónica hace mención de la muerte segunda. Diserta que «El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte» (Ap 2:11). En este pasaje la promesa dada a los vencedores es que no pasarán por la experiencia del lago de fuego porque la segunda muerte es exclusivamente para los que rechazan el sacrificio de Cristo. En cuanto a los vencedores, la Biblia enuncia: «Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.» (1 Jn 5:4). Volvamos al pensamiento paulino. El mismo está dirigido a los feligreses romanos. Pablo diserta que quien vive bajo la ley (es decir, bajo la economía judía tal como se practicaba en su época con todas sus normas y reglamentos hechos por el hombre) estará gobernado por el pecado. En contraste, la persona que vive bajo la gracia obtendrá la victoria sobre el pecado porque la Ley está escrita en su corazón y el espíritu de Dios puede guiar sus pasos.
¿Qué quiso decir Pablo con aquello de que los cristianos no están bajo la ley? Veamos qué dice Romanos 3:19 «Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios». Aquí el apóstol compara estar bajo la ley con ser culpables ante Dios. En otras palabras, aquellos que están bajo la ley son culpables de quebrantarla y están bajo la condenación de la misma. Es por eso que los cristianos no están bajo la ley. No la están quebrantando: no son culpables ni condenados por ella. Por lo tanto, no están bajo la ley, sino bajo el poder de la gracia que les da las fuerzas para no caer en pecado. Posteriormente, en su argumento Pablo señala que el poder de la gracia es mayor que el poder del pecado. Por eso enuncia enfáticamente que el pecado no tendrá dominio sobre nosotros, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia. La gracia anula la autoridad del pecado no la Ley. O sea, anula la autoridad del pecado dando el poder para obedecer la Ley de Dios. Esta es la razón por la cual no estamos bajo la culpabilidad de la ley, y la condena. Por eso el apóstol aduce que no seguiremos pecando habitualmente.
Los cristianos protestantes no debiéran definir la expresión «bajo la ley» de forma restrictiva. La persona que supuestamente vive bajo la gracia, pero desobedece la Ley de Dios no hallará gracia, sino condenación. Bajo la gracia significa que mediante la gracia de Dios según la revelación de Jesús, se ha eliminado la condenación que la ley inevitablemente acarrea sobre los pecadores. Por ende, ahora libres de esta condenación de muerte causada por la ley, andamos en una vida nueva (Ro 6:4). Una vida que se caracteriza y se manifiesta por el hecho de que al morir al yo, ya no somos esclavos del pecado. Porque el que es nacido de Dios, no puede seguir pecando habitualmente, «Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando.» (1 Jn 3:9 PDT).
El planteamiento de los evangélicos y demás movimientos religiosos que presentan la «ley» y la «gracia» como si fuesen antitéticos no corresponde al pensamiento paulino. Se piensa que la literatura veterotestamentaria se sitúa bajo el marco de la Ley, pero un estudio profundo permite descubrir que la Ley forma parte de la revelación de la gracia. Su propósito es la liberación y la calidad de vida del ser humano. El salmista diserta: «Dame la gracia de tu ley» (Sl 119:29 BLP). Sin duda alguna el salmista identifica la Ley y la gracia como expresiones del amor del Señor. El Señor desea, por medio de sus preceptos que tengamos una mejor calidad de vida.
La literatura apocalíptica jónica presenta la verdadera relación entre la ley y la gracia: «Aquí está la paciencia de los santos: aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús» (Ap 14:12). Los que guardan los mandamientos de Dios basado en su gracia por la fe en los méritos de Cristo Jesús.
Es bastante común percibir entre los evangélicos, pentecostales y otros grupos religiosos anular la Ley bajo la bandera de la gracia -Estamos bajo la gracia, no bajo la Ley-. Esto no es nada nuevo. También ocurrió con la Iglesia primitiva:
«Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antiguo habían sido destinados para esta condenación. Ellos son hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje y niegan al único Soberano y Señor nuestro, Jesucristo.» (Jds 1:4).
Veamos otros pasajes usados por las iglesias evangélicas, pentecostales, movimientos religiosos independientes, y otros grupos religiosos que afirman que la Ley fue abolida.
Romanos 14
Se enuncia erróneamente que Romanos 14 comprueba la anulación de la Ley. Veamos. En realidad este capítulo aborda tres temas. Dos de ellos se relacionan con la Ley de animales limpios e inmundos (Lv 11; Dt 14). Sin embargo, lo significativo en el contexto es que la temática paulina gira en torno a las opiniones personales. La palabra griega que se traduce por opiniones es διαλογισμῶν dialogismōn podría significar también razonamientos o cosas dudosas. El apóstol no está hablando de la Ley, sino de opiniones personales. También en este capítulo se interpreta incorrectamente el v. 5, «Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días». Se aduce que no importa el día para adorar a Dios porque a Dios se le adora todos los días. No creo que el apóstol esté hablando de escoger un día para adorar. De acuerdo con los pasajes que anteceden lo que verbaliza el apóstol es que no se trate de imponer opiniones propias a otros. Romanos 14 más bien se centraliza en la necesidad de respetar las opiniones de los demás. Nada que ver con días de adoración.
Efesios 2:14-15
«Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz...». Algunos creen que estos pasajes enseñan que los diez mandamientos fueron anulados con la muerte de Cristo. Sin embargo, lo que Pablo demuestra a los efesios es un profundo respeto por los mandamientos. Fíjese que el apóstol cita varios de ellos: el 5to (Ef 6:2, 3), 7mo (Ef 5:3, 14, 21–33), 8vo (Ef 4:28), 9no (Ef 4:25), 10mo (Ef 5:5). Esto concuerda con las afirmaciones anteriores de Pablo acerca de la Ley «¿Derrocamos entonces la ley por esta fe? ¡De ninguna manera! Al contrario, respetamos la ley» (Ro 3:31). «De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.» Romanos 7:12 al 14 aborda el mal uso de la Ley, pero honra la misma y asume su continuidad. Por lo tanto, utilizar estos pasajes para decir que los diez mandamientos fueron abolidos con la muerte de Cristo evidencia una mala interpretación de la Ley.
Colosenses 2:16
Muchos estudiosos citan este pasaje para afirmar que el mandamiento sabático fue abolido: «Por tanto, nadie os juzgue en comida o bebida, o en días de fiesta, nuevas lunas o sábados. Todo esto era sombra de lo que iba a venir, pero la realidad es Cristo.» Como el pasaje enuncia «sábados» los evangélicos, los pentecostales y demás movimientos religiosos tienden a confundir el sábado genesiano con los sábados ceremoniales de la Ley mosaica. Estos sábados ceremoniales fueron dados al hombre cerca de 2500 años después del sábado genesiano (Lv 23). El sábado que prescribe la observancia del séptimo día de la semana fue instituido con toda probabilidad en la Creación (Ge 2:1-3). Los sábados de Colosenses 2:16 son los sábados ceremoniales. Los de la Ley mosaica. Se celebraban una vez al año. Podían celebrarse en cualquier día de la semana (Lv 23:41). El sábado sinaítico (cuarto mandamiento) se celebra cada séptimo día de la semana (Ex 20:8-11; 16:26; Lc 23:54-56; 24:1). Los sábados ceremoniales de la Ley mosaica fueron abolidos por Cristo (Col 2:16). El sábado del cuarto mandamiento sigue vigente (Mt 5:17,18; 24:20; Lc 4:16; He 18:4). Los evangélicos, los pentecostales y demás utilizan Colosenses 2:16 para decir que la Ley fue abolida. Pero el asunto es que ni siquiera la palabra ley se menciona en la carta paulina.
Hebreos 7:18
«Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia» (RVR-1960).
Veamos diferentes versiones de este pasaje:
LBLA
«Porque ciertamente, queda anulado el mandamiento anterior por ser débil e inútil»
JBS
«El mandamiento precedente, cierto queda abolido por su flaqueza e inutilidad»
DHH
«Así que el mandato anterior quedó cancelado porque era débil e inútil»
NBLA
«Porque ciertamente, queda anulado el mandamiento anterior por ser débil e inútil»
NBV
«Así que la ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficiente»
NTV
«Así que el antiguo requisito del sacerdocio quedó anulado por ser débil e inútil.»
NVI
«Por una parte, la Ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz»
CST
«Por una parte, la ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz»
PDT
«El mandamiento queda anulado por débil e ineficaz»
BLP
«Queda así abolido el viejo orden de cosas por ser endeble e ineficaz»
RVA-2015
«A la verdad, el mandamiento anterior fue abrogado por ser ineficaz e inútil»
RVC
«De modo que el mandamiento anterior queda anulado por resultar endeble e inútil»
RVR -1960
Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.»
RVR-1977
«Pues, por un lado, queda abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e inutilidad»
RVR-1995
«Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia»
RVA
«El mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza é inutilidad»
SRV-BRG
«El mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza é inutilidad»
TLA
«Así que la ley de Moisés ha quedado anulada, porque resultó inútil.»
Observe, la mayoría de las versiones bíblicas traducen la expresión griega ἀθέτησις μὲν γὰρ γίνεται προαγούσης ἐντολῆς διὰ τὸ αὐτῆς ἀσθενὲς καὶ ἀνωφελές, athetēsis men gar ginetai proagousēs entolēs dia to autēs asthenes kai entolēs «queda abrogado, o anulado, o abolido, o cancelado, el mandamiento anterior». Solo la TLA traduce «la ley de Moisés ha quedado anulada». La BLP traduce, «Queda así abolido el viejo orden». La CST traduce, «la ley anterior queda anulada».
¿A qué mandamiento se refiere el autor de la carta a lo Hebreos? El vocablo ἐντολῆς, es un sustantivo genitivo singular femenino. Observe, dice el mandamiento, no los mandamientos. Este sustantivo hace alusión al mandamiento sacerdotal levítico. No se refiere a la Ley de los diez mandamientos. La única versión bíblica de las antes expuestas que traduce correctamente este pasaje es la Nueva Traducción Viviente, «Así que el antiguo requisito del sacerdocio quedó anulado por ser débil e inútil.» De acuerdo con esta versión, el mandamiento operaría hasta el sacrificio de Cristo. ¿Por qué un mandamiento de debilidad e ineficacia? En realidad no era el mandamiento como tal. Su función llegaría hasta Jesús el gran Sumo Sacerdote. El problema fue que ellos hicieron de la Ley un fin: salvación por medio de la obediencia a la Ley. Actitud que lo convierte en debilidad e ineficacia. La salvación siempre ha sido por gracia.
Hebreos 8:13
«Al decir: Nuevo (Καινὴν) pacto (διαθήκη) ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.»
Este pasaje es utilizado por los evangélicos y los pentecostales para alegar que el viejo pacto son las escrituras del Antiguo Testamento que estaba por desaparecer. La lógica protestante razona así: Si el viejo pacto es el Antiguo Testamento, entonces, todas las leyes veterotestamentaria están abolidas. Por lo tanto, estamos en el nuevo pacto, o sea, el Nuevo Testamento el cual se rige por la Ley del amor, o sea, la Ley de Cristo.
¿Qué es lo que trata el autor en Hebreos 8:1-13? ¿Qué era lo que estaba próximo a desaparecer según Hebreos 8:13?
En primer lugar, el contexto inmediato presenta dos grupos de personas. Un grupo aferrado a la Ley mosaica. Y otro grupo, aparentemente, confundido que contempla regresar a dicha Ley (Hb 8:1-5).
Vayamos a la lectura de Hebreos 8
1. Ahora bien, el punto principal, aquí el sustantivo Κεφάλαιον de kephalē 'cabeza' es usado metafóricamente para decir la suma total de... Este término tenía el sentido figurativo adicional del punto más importante en el argumento de un libro hasta esa línea, o un resumen de un argumento ya dado. Lo que venimos diciendo es que tenemos [tal sumo sacerdote], aquel que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en el cielo,
2. El que sirve en el santuario, es decir, en el verdadero tabernáculo levantado por el Señor y no por ningún ser humano.
3. A todo sumo sacerdote se le nombra para presentar ofrendas y sacrificios [ley cúltica, ceremonial], por lo cual es necesario que también tenga algo que ofrecer.
4. Si Jesús estuviera en la tierra, no sería sacerdote, pues aquí ya "hay" sacerdotes que presentan las ofrendas en conformidad con la Ley.
5. Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
6. Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
7. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
8. Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;
9. No como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.
10. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo...
Breve análisis
¿Qué podemos auscultar en Hebreos 8?
En los vv. 1-5 el autor habla de la mediación del antiguo pacto por medio del sacerdocio levítico.
El v. 6 departe el sacerdocio superior «Pero el servicio sacerdotal que Jesús ha recibido es superior al de ellos, así como el pacto del cual es mediador es superior al antiguo, puesto que se basa en mejores promesas»
El v. 9 fundamenta la razón, el por qué de un nuevo pacto. La razón fue «Porque ellos no permanecieron en el pacto» (antiguo pacto).
El pasaje contextual para entender Hebreos 8:13 es Hebreos 8:10 citado de Jeremías 31:31-34 «Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con la casa de Israel —dice el Señor—: Pondré mis leyes (νόμους, sustantivo acusativo plural, LXX) en su mente y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.»
Observe, «Pondré mis leyes en su mente y las escribiré en su corazón». El concepto «mente y corazón» son sinónimos. En hebreo es לֵב lêb una forma de לֵבָב lêbâb, usado también como לֵבָב «corazón» órgano interior; pensar en sí mismos, pecho, cómodamente, coraje, desmayado, tierno, corazón, medio, mente, inconsciente, comprensión. Por supuesto, en este pasaje (en sentido figurado) muy ampliamente para los sentimientos, la voluntad e incluso el intelecto (Strong, énfasis nuestro).
Ahora sus leyes pueden ser escritas en nuestro corazón, es decir, en nuestra mente. Nosotros podemos pensar y actuar como Dios quiere por medio de sus leyes perfectas. El escribir las leyes en nuestra mente no es algo que ocurre automáticamente. Es todo un proceso de santificación. Está en nosotros estudiar las Escrituras, y meditar en la Ley de Dios. Como adujo el salmista: «¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación» (Sl 119:97).
Hay un asunto significativo considerado en el Nuevo Testamento por el evangelista Marcos con respecto al שַׁבָּת shabbát día de reposo o sábado. Lo considero significativo porque el shabbát pertenece al cuarto mandamiento de la Ley de Dios (Ex 20:8). Según Marcos, ¿qué verbalizó Jesús con respecto al shabbát? «Y Jesús añadió: — Dios hizo el sábado por causa del ser humano, y no al ser humano por causa del sábado.» (Mc 2:27 BLP). Este pasaje en griego reza así, καὶ ἔλεγεν αὐτοῖς· Τὸ σάββατον διὰ τὸν ἄνθρωπον ἐγένετο καὶ οὐχ ὁ ἄνθρωπος διὰ τὸ σάββατον· kai elegen autois· To sabbaton dia ton anthrōpon egeneto kai ouch ho anthrōpos dia to sabbaton. El sábado fue hecho por causa del ser humano. Significativo también que el evangelista utiliza los vocablos ἄνθρωπον y ἄνθρωπον. El sustantivo en caso acusativo ἄνθρωπον anthrōpon y anthrōpos anthrōpos caso nominativo se traduce como humanidad. O sea, de acuerdo con Jesús el shabbát fue hecho por causa de la humanidad. Esto incluye a toda la creación, no solamente a los judíos como afirman los evangélicos, los pentecostales y demás religiosos.
Hay otro asunto significativo en los evangelios sinópticos. Estos presentan a Jesús como el Señor del shabbát «Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.» (Mt 12:8 RVA 2015; Mc 2:28; Lc 6:5). Este pasaje en griego reza así, κύριος γάρ ἐστιν τοῦ σαββάτου ὁ υἱὸς τοῦ ἀνθρώπου. kyrios gar estin tou sabbatou ho Huios tou anthrōpou. Cabe preguntar, ¿qué significa que Jesús es Señor del sábado? Significa que Él es su creador, dueño y Señor del sábado. Él santificó el sábado. ¿Sigue siendo Jesús el Señor del sábado? La Biblia expone que Jesús es el Señor del sábado. Los únicos que afirman lo contrario son los evangélicos, los pentecostales y otros grupos religiosos. ¿Por qué los evangélicos y demás denominaciones religiosas afirman que el shabbát fue abolido? ¿Cuál es el rol de la Ley? Los que aducen que el sábado fue abolido son las denominaciones religiosas protestantes no Jesús. El rol de la Ley es señalar el pecado. La desobediencia a la Ley nos lleva a cometer pecado «Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.» (1 Jn 3:4). La mayoría protestante afirma que la Ley fue abolida. Si Dios abolió su propia Ley, entonces, el pecado no existe. La Biblia dice que sin Ley no se le puede culpar de delito a una persona, «…pero donde no hay ley, no se inculpa de pecado» (Ro 5:13). Hermanos evangélicos, pentecostales y demás religiones, si la Ley fue abolida con la muerte de Cristo como ustedes afirman, entonces, ya no hay Ley. Desde la muerte y resurrección de Cristo hasta el presente no hay ley. Si no no hay ley no hay pecado. El problema es que «Si decimos que no tenemos pecado, estamos engañándonos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si afirmamos que no hemos pecado, estamos diciendo que Dios es mentiroso, y eso muestra que su palabra no habita en nosotros.» (1 Jn 1:8, 10 NBV). La tesis de los evangélicos, los pentecostales y demás movimientos religiosos dominicales deja vigente nueve de los diez mandamientos. Solamente elimina el mandamiento del shabbát. Pregunto, ¿qué autoridad tienen estos movimientos religiosos para cambiar el sábado del Señor por el domingo? ¡Ninguna! Aunque ahora la nuevo argumento del protestantismo es que ellos no han cambiado el sábado por el domingo, sino que han adoptado el domingo como el día del Señor. No hay duda que las iglesias evangélicas, las pentecostales, los movimientos religiosos independientes, y otros grupos religiosos han seguido al pie de la letra a la Iglesia católica quien se adjudica cambiar el sábado por el domingo por autoridad propia. El Cardenal James Gibbons adujo: «Podrás leer la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y no encontrarás ni una sola línea que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras mandan la observancia religiosa del sábado, el día que nosotros nunca santificamos» (Cardenal James Gibbons, The Faith of Our Fathers, (La fe de nuestros padres), edición 88, pág. 89). Lo irónico de todo esto es que la Reforma Protestante (s. XVI) buscaba protestar en contra de la pésima teología, malas prácticas y abusos que se venían presentando al interior de la Iglesia católica. Hoy día la Iglesia protestante ya no protesta, sino que acepta la autoridad Papal por encima de la autoridad de la Biblia. Entiendo que los protestantes que aceptan el domingo en lugar del sábado están aceptando la autoridad del Papa. La Iglesia católica afirma tácitamente que el Papa tiene autoridad y poder para modificar, explicar o interpretar incluso las leyes divinas: «El Papa puede modificar la ley divina, ya que su poder no es del hombre, sino de Dios, y actúa como vicegerente de Dios sobre la tierra». (Lucius Ferraris, Prompta Bibliotheca, "Papa", art. 2). «El Papa tiene el poder de cambiar los tiempos, abrogar las leyes y prescindir de todas las cosas, incluso los preceptos de Cristo». «El Papa tiene la autoridad y la ejerce a menudo para prescindir del mandato de Cristo». (Episcop Tranlatic. Gorra. (El Papa puede modificar la ley divina). (Diccionario eclesiástico de Ferraris). Cuando usted le pregunta a los líderes de la Iglesia católica por qué sienten que tienen el poder y la autoridad de cambiar las Escrituras para que coincidan con sus tradiciones. La respuesta es, «Si ella no tuviera tal poder, no podría haber hecho eso en lo que todos los religiosos modernos están de acuerdo con ella; –No pudo haber sustituido la observancia del domingo el primer día de la semana, por la observancia del sábado séptimo día, un cambio para el cual no hay autoridad bíblica» (Rev. Stephan Keenan, Un catecismo doctrinal, "Sobre la obediencia debida a la iglesia", cap. 2, p. 174). (Imprimatur, John Cardinal McCloskey, arzobispo de Nueva York). «La autoridad de la iglesia, por lo tanto, no podría estar vinculada a la autoridad de las Escrituras, porque la Iglesia había cambiado... el sábado en domingo, no por mandato de Cristo, sino por su propia autoridad» (Canon y Tradición, pág. 263). Siempre ha habido una gran diferencia entre católicos y protestantes, pero en este punto están unidos. Rechazan el cuarto mandamiento.
Adoptar el domingo como el día del Señor no es bíblico. Es estar en contra de la Palabra del Señor. Jesús fue claro cuando dijo que es Señor del sábado, no del domingo. Biblicamente, el sábado es un día «Santo», apartado por el Padre celestial y Jesús para uso sagrado, «Si dejas de profanar el sábado y no haces lo que deseas en mi día santo; si llamas al sábado "delicia" y al día santo del Señor "honorable"; si te abstienes de profanarlo y lo honras no haciendo negocios ni profiriendo palabras inútiles, entonces hallarás tu gozo en el Señor; sobre las cumbres de la tierra te haré cabalgar y haré que te deleites en la herencia de tu padre Jacob». El Señor mismo lo ha dicho.» (Is 58:13-14 NVI).
Itero, ¿sigue siendo Jesús el Señor del sábado? Por supuesto que sí. Pero no para la mayoría de las iglesias evangélicas, pentecostales, movimientos religiosos independientes, católicos, etcétera.
El planteamiento de los movimientos religiosos que opone los conceptos «Ley» y «Gracia» como si fuesen antitéticos, no corresponde a lo expresado en la Biblia. ¿Qué podemos decir en cuanto a la Ley de Dios?
La enseñanza de los movimientos religiosos antes expuestos es que la Ley es una carga pesada. Nadie la puede guardar. Una carga que Jesús quitaría posteriormente. Pregunto, si la Ley de Dios es una carga pesada, ¿por qué los protestantes guardan nueve de los diez mandamientos? ¿Por qué dejan el mandamiento sabático fuera? Por lo visto la única carga pesada para los evangélicos, pentecostales y otros es el mandamiento sabático. Los religiosos protestantes aducen que el nuevo mandamiento del amor sustituyó a los diez mandamientos por ser una carga pesada. Pero su argumento no es válido porque las Escrituras disertan que: «El amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus mandamientos no son una carga» (1 Jn 5:3 DHH).
Otra observación para los detractores de la Ley de Dios, ¿qué enuncian las Escrituras acerca de la Ley yahvista? Veamos: «La ley del Eterno es perfecta, que convierte el alma; el testimonio del Eterno es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos del Eterno son rectos, que alegran el corazón; el precepto del Eterno es puro, que alumbra los ojos. El temor del Eterno es limpio, que permanece para siempre; los juicios del Eterno son verdad, todos justos.» (Sl 19:7-9). En otro lugar dice: «Tu palabra, SEÑOR, es eterna, y permanece firme en el cielo. Tu fidelidad se extiende a cada generación, y permanece como la tierra que formaste. Tus leyes siguen siendo verdaderas hoy, porque todo está de acuerdo a tus planes. Si tus leyes no hubieran sido mi alegría, la angustia me habría matado. Jamás me olvidaré de tus mandamientos, pues con ellos me has dado vida. Tuyo soy; ¡sálvame, porque he procurado vivir de acuerdo a tus mandamientos! Aunque los malvados se oculten por el camino para matarme, yo tranquilamente meditaré en tus decretos. Aun la perfección tiene sus límites, pero tus mandamientos no tienen límites. ¡Oh, cuánto amo tu ley! Pienso en ella todo el día. Me hace más sabio que mis enemigos, porque siempre está conmigo. Sí, tengo más entendimiento que mis maestros, porque siempre medito en tus normas. Soy más sabio que los ancianos, porque he obedecido tus mandamientos. He rehusado seguir la senda del mal porque permaneceré obediente a tu palabra. No, no me he apartado de tus leyes, porque tu me has enseñado bien. Qué dulces son tus palabras a mi paladar; son más dulces que la miel. Por tus mandamientos tengo entendimiento; por eso aborrezco todas las formas equivocadas de vivir. Tu palabra es una lámpara a mis pies, y una luz en mi sendero. Lo prometí una vez y lo prometeré otra vez: que obedeceré tus maravillosas leyes. SEÑOR, he sufrido mucho; devuélveme la vida, tal como me lo prometiste. Acepta la expresión de mi gratitud y enséñame tus leyes. Mi vida cuelga de un hilo, pero yo no dejaré de obedecer tus leyes. Los malvados me han puesto trampas, pero no me apartaré de tus mandamientos. Tus decretos son mi tesoro; son el deleite de mi corazón. Cumpliré tus normas para siempre y hasta el fin. Aborrezco a los que no se deciden a obedecerte; pero mi elección es clara: amo tu ley.» (Sl 119:89-113 NBV). Los religiosos protestantes dicen que los mandamientos son una carga pesada, sin embargo, el salmista afirma que «Los mandamientos del Eterno son rectos, que alegran el corazón...». Si alegran el corazón no pueden ser una carga pesada.
Leí en algún lugar un comentario de un líder protestante que adujo que existen numerosos grupos religiosos que declaran creer en el día sabático como el día de reposo instituido por Dios. Dijo, no voy a negar que dicho día fue santificado, pero esto constituye un evento histórico, no un mandamiento. El sábado fue instituido como día de reposo para los judíos solamente. El argumento de este líder protestante no es correcto. En primer lugar, dice que el sábado no es un mandamiento, sino un evento histórico. Corrijo, el sábado es un mandamiento (Ex 20:8). En segundo lugar, diserta que la Ley es un evento histórico. La Ley no es un invento histórico. Es tan eterna como su Creador. En tercer lugar, enuncia que la Ley fue creada en el Monte Sinaí. La Ley no fue creada en el Sinaí. La Ley estaba antes de enunciar los diez mandamientos sinaíticos. Ya Moisés y las tribus que habían salido de Egipto lo habían observado (Ex 16:22-29). Sin duda alguna el error histórico está en la mente de este líder protestante. La Ley de Dios no era solamente para los judíos. Note que para ese tiempo no existía la nación judía. Solo había tribus. La nación judía nace después de la muerte de Salomón cuando las tribus se dividieron. Una era la Casa de Judá constituida por la tribu de Judá, Benjamín y Leví. La otra era la Casa de Israel (1 Re 12). Lo que subyace el argumento de que la Ley de Dios era solamente para los judíos es la abolición de todo el Antiguo Testamento para deshacerse del mandamiento sabático. Itero, la Ley de Dios no fue dada como medio salvífico. Por lo que el cumplimiento de la Ley no salva a nadie (Ro 3:20; Ti 3:5). En eso estamos claro. La Ley de Dios fue dada para todo aquel que aceptaba a Dios como su salvador. Fue dada para que los seres humanos tuvieran una calidad de vida diferente a las demás naciones.
Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.
¡Bendecido día!
«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)
Prof. Benjamín López Rivera, MEd
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