junio 29, 2023

Tratando de negar lo innegable

Breve reflexión de la aseidad de Cristo basado en la Traducción Nuevo Mundo de las Santas Escrituras de los Testigos de Jehová (TNM).

Por lo general, cuando hablamos de la naturaleza de Dios, entramos al campo de la especulación. No podemos olvidar que Dios, no puede ser conocido aparte de su revelación divina. Por cierto, la revelación divina es entendida por medio de la fe en Cristo Jesús. Itero, por medio de la fe, no por medio de razonamiento lógico: «¿Quién es este que oculta el consejo sin entendimiento? Por tanto, he declarado lo que no comprendía, cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía» (Job 42:3 LBLA). «Soy el más ignorante de todos los hombres; no hay en mí discernimiento humano.» (Pr 30:2 NVI). «Porque no quiero, hermanos, que ignoren este misterio, para que no sean sabios en su propia opinión [...]» (Ro 11:25 NBLA). «Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio.» (1 Cor 3:18 NVI). «El que cree que sabe algo, todavía no sabe como debiera saber.» (1 Cor 8:2 NVI). «Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie.» (Stg 1:5 NVI). «La única posición lógica de los cristianos es la de fiar enteramente en Dios, quien posee toda sabiduría [...] sería una necedad que una persona dependiera de su propio entendimiento. [...] es insensato alternar entre la confianza propia y la seguridad en Dios. No confiar en uno mismo no significa que no debamos ejercer nuestra inteligencia y que abandonemos la facultad de tomar decisiones. Se necesita usar la inteligencia para determinar cuál es la voluntad divina mediante la Palabra y las providencias de Dios.» (énfasis nuestro, CBA). No es cuestión de razonamiento humano. El autor de la carta a los Hebreos enuncia: «Por la fe entendemos [...], sin fe es imposible [...]» (Hb 11:3, 6). Pablo aduce: «pero los que no son espirituales no pueden recibir esas verdades de parte del Espíritu de Dios. Todo les suena ridículo y no pueden entenderlo, porque solo los que son espirituales pueden entender lo que el Espíritu quiere decir.» (1 Cor 2:14 NBV). Sustancial la expresión paulina: ψυχικὸς δὲ ἄνθρωπος psychikós de ánthrōpos «el ser humano interior, el no regenerado» es incapaz de percibir las cosas espirituales por sí mismo. Como vemos, no es cuestión de razonamiento humano, sino espiritual. Por revelación divina. Por lo tanto, demandemos «sabiduría de lo alto» (Stg 1:5; 3:17). El asunto es que las cosas espirituales se perciben espiritualmente. Por revelación divina. Dios, no puede ser conocido si no es por su propia revelación. 

Fue por conducto divino que Jesús reveló al Padre, y al Espíritu Santo (Jn 1:18, 14:26; 16:13). La revelación divina presenta a un Dios de relaciones intratinitarias. Jesús adujo: «El Padre me ha confiado todas las cosas. Sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, y también aquellos a quienes el Hijo se lo revela.» «El Padre y yo somos uno» (Mt 11:27; Jn 10:30 NBV).

Debemos ser prudentes a la hora de hablar de la naturaleza del Dios triuno. Recuerde, somos seres finitos tratando de explicar al Infinito. No olvidemos las palabras jeremianas con relación a nuestro pensamiento: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?» (Jr 17:9). Tampoco olvidemos las palabras paulinas: «La intención de la carne es enemistad contra Dios» (Ro 8:7). Necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para tratar el tema de la naturaleza de Dios, que también comprende la naturaleza de Cristo, y la naturaleza del Espíritu Santo.

No hay duda que cuando tratamos con este tema lo hacemos con la mayor responsabilidad y la mejor intención. Pero, también sabemos que nuestros pensamientos podrían estar influenciados. Cuidémonos de prejuicios y especulaciones. Aun cuando creamos que nuestra percepción en cuanto al ser de Dios es correcta, podría estar influenciada. El consejo divino es, demandar sabiduría de lo alto (Stg 1:5; 3:17). Que nos deshagamos de las especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios [...] (2 Cor 10:5). Pongamos a un lado todos nuestros pensamientos, y recibamos con mansedumbre la palabra implantada (Stg 1:2). En otras palabras, hablemos de lo que ha sido revelado. No hablemos de lo que Dios no ha revelado. Hacerlo es entrar en el campo especulativo. Es estar insatisfecho con lo revelado por el Padre a través de Jesucristo. El pasaje mosaico es claro: «Hay secretos que el Señor nuestro Dios no nos ha revelado [...]» (Dt 29:29). Bien sabemos que Jesús ha sido el único que ha dado a conocer las relaciones intratinitarias dentro del ser de Dios (Jn 1:18). Sin embargo, él no vino a explicar la naturaleza del Padre (Jn 4:24), ni la naturaleza del Espíritu Santo (Jn 14:16-17), ni tan siquiera su propia naturaleza divino-humana (Flp 2:6-7). Por lo tanto, evitemos todo presupuesto ontológico que no cuenta con el apoyo de las Escrituras. 

La teología jehovista ha tratado por todos los medios de negar la aseidad de Cristo. A tal extremo de recurrir a argumentos sofísticos. Hablando de argumentos sofísticos, esta ha sido la estrategia de Satanás desde el principio, recurrir a argumentos sofísticos para confundir al ser humano. Recordemos su estrategia en el desierto para tratar de confundir y engañar a Jesús: «Si eres el Hijo de Dios [...]» (Mt 4:6). Observe, «Si eres...». Sé que esta expresión no está relacionada directamente con su divinidad, pero la traigo a colación porque Satanás utilizó las Escrituras, añadiéndole argumentos sofísticos para tratar de confundir a Jesús. Esta estrategia ha sido copiada por los cultos y sectas religiosas para confundir y atrapar adeptos. El teólogo presbiteriano Matthew Poole enunció que «La verdad puede ser utilizada para el patrocinio de mentiras; y no hay ningún gancho más peligroso para los miembros de Cristo, que aquello que tiene por carnada las Escrituras malentendidas y mal aplicadas.» La Biblia dice: «...hable cada uno a su prójimo con la verdad (Ef 4:25).

Con respecto a la naturaleza de Cristo. Debo enfatizar que nada puede ser conocido en ninguna forma aparte de la revelación divina. La revelación divina es entendida solamente por la fe, jamás por razonamiento humano. Pablo aduce: «Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.» (1 Cor 2:11).

En una ocasión, Jesús departía con los líderes judíos. En su alocución pronunció lo siguiente: «Ustedes son de su padre el diablo y quieren cumplir los deseos de él. Desde el principio el diablo ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad porque no hay verdad en él. Él es mentiroso por naturaleza, y por eso miente. ¡Él es el padre de la mentira!» (Jn 8:44 NBV). El primer enunciado de este pasaje diserta que los judíos «quieren cumplir los deseos de su padre el diablo». Hay un principio bien establecido en este pasaje, y es «cumplir los deseos de Satanás». No hay dudas que todo el que niega la aseidad de Cristo, cumple con este propósito. 

Como ya he mencionado, la teología jehovista ha tratado por todos los medios de negar la aseidad de Cristo, sin embargo, su propia traducción de la Biblia (TNM) atesta lo contrario. Prueba de esto, lo vemos en el pasaje axiomático de Isaías 9:6:

«Porque nos ha nacido un niño, se nos ha dado un hijo; y el gobierno estará en sus manos. Se le llamará por nombre Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.» (TNM)

El mencionado texto isaiano es en alusión al Mesías, es decir, a Jesús. Observe lo plasmado en el texto: «y se llamará su nombre Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz». 

Uno de los títulos presentado por el profeta Isaías en alusión al Mesías es, «Dios Poderoso». En hebreo 'êl gibbōwr. ¿Qué significa? 'êl significa «Dios», y gibbōwr significa «poderoso, fuerte». Literalmente se traduce «Dios Poderoso». Sin duda alguna, la evidencia es clara y contundente. La TNM no solamente evidencia que «Jesús es Dios», sino también que Jesús es «Dios Poderoso». Nada más con el testigo.

Hay algo incomprensible en el fenómeno sectario jehovista. Su propia traducción (TNM) evidencia la aseidad de Cristo. Pero, por razones particulares tratan de negarlo. ¿Por qué este comportamiento? Porque los aderentes del jehovismo siguen al pie de la letra las enseñanzas de su líder máximo. De su piedra angular, el «Cuerpo Gobernante». El jehovismo se esfuerza al máximo para dar una respuesta torcida a la expresión 'êl gibbōwr. Antes debo preguntar, ¿Por qué Isaías llama al Mesías «Dios Poderoso»? Aunque el profeta no da detalles del mismo presupone su aseidad. Sin embargo, la teología jehovista trata de minimizar el significado de este título. Diserta que es un título menor que el que se le da a Jehová, a quien se le llama «Dios Todopoderoso».

Como he expresado en otras ocasiones con respecto a la TNM y sus traductores, es posible que en el presente los TJ tengan personal educado en lenguas bíblicas, pero eso no quita la imprecisión léxica, o sea, falta de propiedad en el uso de las palabras cuando las emplea con significado y funciones distintas del que tienen. La TNM no es una Biblia confiable. Los traductores de esta Biblia han adulterado los pasajes que tienen que ver con la aseidad de Jesús. Lo raro es que han traducido correctamente el pasaje de Isaías 9:6. El problema está en su interpretación.

El pasaje de Isaías 9:6 no tiene nada que ver con comparaciones: que si el Mesías sólo es Dios poderoso y Jehová es el Dios todopoderoso. Estas son suposiciones del jehovismo. La intención del autor es disertar que el Mesías es «Dios Poderoso». La teología sectaria jehovista afirma que el título «Dios Poderoso» hace alusión a un dios menor. Pero su argumento no se sostiene. ¿Por qué? Porque en el próximo capítulo, Isaías llama a Jehová «Dios poderoso» (Is 10:21). La lógica jehovista diserta que el nombre 'êl gibbōwr hace referencia a un dios menor. Pues de acuerdo con la lógica jehovista, Jehová es también un dios menor.

Según el forista jehovista Apeles (no sé, si es su nombre, o un pseudónimo, o si se autodenominó a sí mismo) el término gibbōwr no debe confundirse con Shaddái, que significa el Todopoderoso, y que, en las Santas Escrituras, sólo y exclusivamente se aplica a Jehová Dios. Esta persona aduce que en la Septuaginta, en la versión de Lutero, y en otras versiones encontramos este título por separado por el signo gráfico la coma (,). Supone que al ser separado debe traducirse «Poderoso, Héroe» o «Poderoso, Fuerte», no «Poderoso héroe» ni «Poderoso fuerte». Me parece que Apeles, debería estudiar un poco más sobre el uso del signo ortográfico (,) la coma. Para sostener su tesis presenta varias versiones bíblicas que traducen este término como «guerrero divino», entre ellas: Luther Bijbel Duits 1912, Biblia del Peregrino (BP), Nueva Biblia Española (NBE), Biblia Serafín de Ausejo 1991 (SA), New Translation of The Bible por James Moffatt, 1950 (Mo), New English Bible, Oxford/Cambridge, 1970 (NEB). Apeles concluye que la palabra gibbōwr en Isaías 9:6 da a entender que, se trata de un personaje poderoso, un fuerte guerrero. (Disponible en: https://forocristiano.com/threads/que-significa-la-expresion-dios-fuerte-en-isaias-9-6.10972/). 

Para Apeles, el término gibbōwr no tiene nada que ver con la aseidad de Cristo. Si es como Apeles supone, que no tiene nada que ver con la aseidad de Cristo, entonces, cabe preguntar, ¿Qué personaje en el contexto de la profecía isaiana cumple con las características de Isaías 9:6? Una cosa es decir que se trata de un personaje poderoso o un fuerte guerrero, y otra cosa es identificar al mismo según la profecía. Asunto que Apeles parece ignorar ya que no pudo identificarlo en su disertacion. A propósito, en su disertación admite que el personaje poderoso es Dios, cito textualmente: «Se le llama Dios Fuerte [’El Guib·bor] no Dios Todopoderoso [’El Shad·dái]». Fíjese que para establecer la diferencia entre los términos, Apeles tuvo que admitir que de quien se habla en Isaías 9:6 es llamado «Dios». O sea, que admite la deidad del mismo. Aunque debo aclarar que en el jehovismo el término deidad no equivale a aseidad.

Permítame presentar el texto de Isaías 9:6 según otros escritos antiguos:

Códice de Alepo
ילד ילד לנו בן נתן לנו ותהי המשרה על שכמו ויקרא שמו פלא יועץ אל ג בור אבי עד שר שלום

Texto Masorético (1524)
כי ילד ילד לנו בן נתן לנו ותהי המשׂרה על שׁכמו ויקרא שׁמו פלא יועץ א ל גבור אביעד שׂר שׁלום

Códice de Leningrado de Westminster (manuscrito completo más antiguo de la Biblia hebrea, fechado alrededor del año 1008 d. C.)
כִּי־יֶ֣לֶד יֻלַּד־לָ֗נוּ בֵּ֚ן נִתַּן־לָ֔נוּ וַתְּהִ֥י הַמִּשְׂ רָ֖ה עַל־שִׁכְמֹ֑ו וַיִּקְרָ֙א שְׁמֹ֜ו ֠פֶּלֶא יֹועֵץ֙ אֵ֣ל גִּבּ ֹ֔ור אֲבִיעַ֖ד שַׂר־שָׁלֹֽום׃

Biblia Hebraica Stuttgartensia (Base textual: Códice de Leningrado)
כִּי־יֶ֣לֶד יֻלַּד־לָ֗נוּ בֵּ֚ן נִתַּן־לָ֔נוּ וַתְּהִ֥י הַמִּשְׂ רָ֖ה עַל־שִׁכְמֹ֑ו וַיִּקְרָ֙א שְׁמֹ֜ו ֠פֶּלֶא יֹועֵץ֙ אֵ֣ל גִּבּ ֹ֔ור אֲבִיעַ֖ד שַׂר־שָׁלֹֽום׃

Septuaginta griega (LXX)
ὅτι παιδίον ἐγεννήθη ἡμῖν, υἱὸς καὶ ἐδόθη ἡμῖν, οὗ ἡ ἀρχὴ ἐγεν ήθη ἐπὶ τοῦ ὤμου αὐτοῦ, καὶ καλεῖται τὸ ὄνομα αὐτοῦ μεγάλης βουλῆς ἄγγελος· ἐγὼ γὰρ ἄξω εἰρήνην ἐπὶ τοὺς ἄρχοντας, εἰρήνην καὶ ὑγίειαν αὐτῷ.

A diferencia de las demás versiones, la Septuaginta intercambia גִּבּוֹר gibbōwr por ἄγγελος anngelos «ángel, mensajero». Algunos TJ dicen que como la Septuaginta intercambia la palabra gibbōwr por anngelos significa que Jesús era un ángel, el arcángel Miguel, el poderoso guerrero. Con respecto al sustantivo Dios, Apeles diserta que en las Escrituras la palabra «dios» puede significar «poderoso» o «fuerte». Aduce que antes de Jesús venir a la Tierra, era «un dios», es decir, «existía en forma de Dios». Tras su resurrección, obtuvo una posición todavía más encumbrada en el cielo (Flp 2:6-11). Además expone que el sustantivo «dios» tiene otro significado. Dice que a los jueces de Israel se les llamó «dioses», y en una ocasión, Jesús mismo los llamó así (Sl 82:6; Jn 10:35). Sintetiza que Jesús es el juez que Jehová designó. El que «juzgará a los vivos y a los muertos» (2 Ti 4:1; Jn 5:30). Con toda razón, pues, se le llama Dios Fuerte, finiquita Apeles. ¡Pésimo razonamiento! ¡Qué barbaridad! En su ponencia ante los foristas, Apeles a principio de su disertacion no identifica al guerrero poderoso de Isaías 9:6, pero posteriormente enuncia que es Jesús, infiriendo que era alguien que existía en forma de Dios, es decir, «un dios». A pesar de su raciocinio ilógico de que Jesús no es Dios, pero que es divino, admite la deidad de Cristo. Aclaro, en el jehovismo el término deidad no equivale a aseidad.

En la literatura jehovista se identifica al arcángel Miguel con Jesús. Su literatura expone que Jesús fue un ser creado en algún tiempo de la eternidad. Aducen que si Jesús es un ser creado no puede ser Dios. Sin embargo, dicen que es un «dios menor». Un semidios. Su teología sincretista está basada en la mitología griega. El invento de Jesús como un semidios. ¡Qué barbaridad! Como mencioné, la teología jehovista trata por todos los medios de minimizar el nombre «Dios Poderoso». Su teología es ilógica, confusa y politeísta. Enseñan que hay un Dios todopoderoso el cual identifican con el híbrido Jehová, y otro Dios poderoso el cual llaman Jesús. Buscan pruebas hasta debajo de la alfombra con el propósito de desacreditar el buen nombre de Cristo. Por supuesto, son pruebas insostenibles. La teología jehovista trata por todos los medios de refutar las Sagradas Escrituras que fueron inspiradas por el Espíritu Santo, para imponer sus propios postulados. Por un lado, le hacen un flaco servicio al cristianismo. Por otro lado, le hacen las vacaciones de gratis al diablo. ¡Qué barbaridad!

Con respecto al adjetivo todopoderoso, la teología jehovista insiste que no hay que confundirlo con el término gibbōwr. ¿Qué significa el adjetivo todopoderoso? En la lengua hebrea encontramos el término שַׁדַּי Shadday, por cierto de etimología incierta. En griego παντοκράτωρ pantokrátōr, «soberano universal». Tanto gibbōwr como Shadday comunican la misma idea de fuerza o poder. En la Septuaginta, pantokrátōr se usó tanto para YHWH Sabaoth «Señor de los ejércitos» como para Shaddai «Dios Todopoderoso». En el apocalipsis el término pantokrátōr es usado nueve veces, 1:8; 4:8; 11:17; 15:3; 16:7, 14; 19:6, 15 y 21:22. Algunos estudiosos piensan que las referencias a Dios Padre y, a Dios Hijo en el testimonal apocalíptico pueden ser intercambiables. Aunque el mismo principalmente se usó para יהוה. Lo cierto es que ambos términos comunican la idea de fuerza y poder. O sea, el «Dios poderoso» de Isaías 9:6 y el «Dios poderoso» de Isaías 10:21 son lo mismo en fuerza y poder. Ambos son poderoso y soberano. En la economía Trinitaria, lo tres grandes poderes del cielo son soberanos. No olvidemos la soberanía y el poder del Espíritu Santo (Mq 3:8; Lc 4:14; 1 Cor 2:4; 12:11). El Dios triuno es el Dios soberano todopoderoso. 

Satanás, quien es mentiroso desde el principio, ha tratado de negar lo innegable del Dios triuno. Lamentablemente, muchos le han seguido sus pasos tratando de negar lo innegable, cumpliendo así los deseos de su padre el diablo (Jn 8:44).

Pero como Dios, es Juez justo (Sl 7:11), envío al Hijo para darlo a conocer (Jn 1:18) y deshacer las obras del diablo (1 Jn 3:8).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

Con excepción de las fuentes citadas, el contenido literario es propiedad del autor. Si desea compartir la información, por favor dar los créditos a las fuentes citadas como también a: bibliondidaskalia.blogspot.com 

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