De inmediato aclaro en alusión a la pregunta que no estoy animando a la gente a que deje de congregarse. Dicho esto, debo decir que este pasaje ha sido utilizado por algunos líderes para llevar un mensaje diferente al del autor. Para algunos el «no dejes de congregarte» significa que si no vas a la iglesia perderás la salvación. De hecho, algunos insisten que la membresía es bíblica. Que es esencial para la salvación. Barnes aduce: «Algunos estudiosos han entendido que el sustantivo ἐπισυναγωγὴν episunagōgēn «reunión» como una sociedad de cristianos o la iglesia; y han supuesto que el objetivo del apóstol es exhortarlos a no apostatar de la iglesia. Este sustantivo no se usa en ninguna otra parte del Nuevo Testamento, excepto en 2 Te 2:1, donde se traduce como reunirse. El verbo se usa en Mt 23:37; 24:31; Mc 1:33; 13:27; Lc 12:1; 13:34 donde significa apropiadamente un acto de reunión, o una reunión. No se usa en ninguna parte con el sentido de una asamblea o una iglesia. El propósito es reunirse para adorar a Dios -énfasis nuestro- (Comentario Bíblico de Albert Barnes).
Hemos visto que el sustantivo ἐπισυναγωγὴν episunagōgēn significa «reunión». Al parecer el motivo de la carta es para motivar a la comunidad religiosa ante la pérdida de su fervor inicial manifestado en el descuido y la inasistencia a las reuniones. Parece ser que la comunidad de Hebreos estaba enfrentando la posibilidad de una persecución intensa (Hb 10:32-39), y algunos por temor habían dejado de reunirse.
Con respeto a la interpelación, ¿Tenemos que asistir a la iglesia para ser salvos? Asistir a la iglesia es importante, pero decir que podemos perder la salvación por no asistir a la iglesia es falso. La Escritura es clara cuando enuncia que el camino a la salvación no consiste en asistir a la iglesia. La salvación es única y exclusivamente por la fe en Cristo Jesús. La carta a los Efesios (2: 8-9) señala que no hay obras involucradas en ganar la salvación: «Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.» Asistir a la iglesia es importante, pero no es motivo para merecer la vida eterna.
Ir a la iglesia no hace que usted sea salvo. Muchos se perderán aún asistiendo a la iglesia «no todo el que me dice Señor, Señor [...] (Mt 7:21). Las Escrituras enuncian que la comunión cristiana, es decir, la κοινωνία koinōnía la «participación», la «relación social», la «comunión» o el «compañerismo» es bueno. Fuimos llamados [ἐκκλησία ekklēsía «especialmente una congregación religiosa»] para adorar al Señor.
En la comunión cristiana la adoración incluye también el confortar, es decir, alentarnos «unos a otros». Y, con mayor razón «porque el día se acerca» (posiblemente el referente sea Is 2:12). La participación en la iglesia es tanto un estímulo para el creyente como una oportunidad para alentar a otros a aceptar a Cristo como su salvador. Estamos unidos por nuestra fe en Jesucristo, y buscamos ayudarnos unos a otros a acercarnos a Él y compartirlo con los demás. Pienso que este es el propósito del pasaje.
En síntesis, asistir a la iglesia no es sinónimo de salvación. Esta es la didáctica incorrecta disertada por algunos líderes religiosos para que sus adeptos no se vayan de su iglesia. Los atemorizan con aquello de que su iglesia es la única verdadera, que no hay salvación fuera de ella. Pienso que hay salvación fuera de cualquier iglesia. En realidad, la iglesia no tiene poder para salvar. La salvación es única y exclusivamente en Cristo. En cuanto a congregarse, creo que es una decisión voluntaria. El Señor no obliga a nadie. Fíjese que Él dice: «He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.» (Ap 3:20 LBLA). Note «si alguno oye mi voz, y abre la puerta» la toma de decisiones es libre y voluntaria. Parece ser que el texto mal interpretado «fuérzalos a entrar» (Lc 14:23), ha hecho su efecto negativo. Algunos dicen que una persona que es salva, o está siendo salva debe ser un asistente regular en la iglesia y un participante activo. Aunque entiendo la lógica de este pensamiento, debo señalar que esta expresión es algo dogmática y fundamentalista. No todos pueden ser asistentes regulares y participantes activos. Hay factores y hay factores. Defina, entonces, «participante activo» por aquello de los encamados, etcétera. Algunos aducen que la participación en la iglesia es la norma esperada para alguien que sigue a Jesucristo. Puede ser, siempre y cuando no llegue al extremo de la salvación por obra.
Nuestra salvación se encuentra en Jesús, y solo en Él (He 4:12). Creo que la iglesia es el contexto en el cual nos animamos unos a otros para crecer y servir a los demás, pero no como medio salvífico.
Entonces, ¿Tenemos que asistir a la iglesia para ser salvos? No. Itero, nuestra salvación se encuentra única y exclusivamente en Jesús (He 4:12).
Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.
¡Bendecido día!
«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)
Prof. Benjamín López Rivera, MEd
Con excepción de las fuentes citadas, el contenido literario es propiedad del autor. Si desea compartir la información, por favor dar los créditos a las fuentes citadas como también a: bibliondidaskalia.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario