noviembre 30, 2022

Tu actitud determinará el efecto de tu aflicción

Hay un aforismo que dice: «Lo que salga de tu boca determinará tu aflicción o bendición». No sé cuál sea su aflicción en este momento. Dios permite que las cosas sucedan con un propósito (Ro 8:28). Procure que el enemigo no le quite la paz. No olvide que él se disfraza como ángel de luz (2 Cor 11:14), pero anda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pe 5:8).

Toda aflicción tiene su propósito. Sin embargo, es usted quien determina el camino a seguir. El deseo del Espíritu Santo es poder dirigir su camino: «Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: 'Este es el camino; síguelo'» (Is 30:21 NVI). Sea cual sea su aflicción no tome decisiones sin consultar a Dios, porque «Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte» (Pr 14:12 RVR 1960). «Pues confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto» (Pr 3:5-6). Ese camino de rectitud solo lo encontrará en Jesús quien adujo: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mí» (Jn 14:6). Sin embargo, es usted quien determinará el camino a elegir.

Su actitud determinará el efecto de su aflicción. Permíta que el Señor tome control de su vida. Solicite su ayuda, «Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en Él, que Él actuará» (Sl 37:4 LBLA).

Usted podrá hacer todo lo que esté a su alcance, pero no olvide que, «El hombre echa las suertes, pero el Señor es quien decide todo» (Pr 16:33 DHH). Este pasaje no contradice lo que hemos venido diciendo. La toma de decisiones está en sus manos. Sin embargo, Dios no desea que tome decisiones sin pensar porque hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte (Pr 14:12).

La Palabra diserta que Dios conoce sus aflicciones: «Tú has visto mis tristezas, conoces mis aflicciones» (Sl 31:8 DHH). También dice: «Yo sé que el Señor hace justicia al pobre y defiende el derecho del afligido.» (Sl 140:12 DHH). Permítame sintetizar, no sé cuál sea su aflicción, pero el Señor conoce sus aflicciones y defiende el derecho del afligido, por lo tanto, confía en Él, que Él actuará a su debido tiempo (Sl 37:4). 

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

Con excepción de las fuentes citadas, el contenido literario es propiedad del autor. Si desea compartir la información, por favor dé los créditos a las fuentes citadas como también a: bibliondidaskalia.blogspot.com

noviembre 29, 2022

El abrazo de Dios

«Pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!» (Sl 91:4 DHH)

«No puedes haber sentido el abrazo de Dios si en algún momento de tu vida no te has sentido totalmente desamparado, inservible, bloqueado, terriblemente separado, alejado, obstinado, mudo, ciego y casi irremediablemente muerto. La única calificación que tenemos para que Dios nos mire con ojos de gracia, y quiera darnos su abrazo es precisamente nuestra soledad, la agonía por nuestro pecado y rebeldía» (Samuel Santiesteban)

El salmista aduce que Dios nos cubre bajo sus alas, y nos promete seguridad. Seguridad garantizada en su fidelidad. Fidelidad que es nuestro escudo de protección. Verdaderamente, Dios es fiel.

El abrazo de Dios es único. Dios extendió sus brazos en la cruz por amor a ti y a mí. «Mirad cuán gran amor nos ha dado el Padre...» (1 Jn 3:1 LBLA). Cuan confortable es escuchar su voz cuando susurra a nuestro oído, «Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad» (Jr 31:3 DHH).

Aférrate al amor de Cristo cuando medites en el evento del Calvario. Allí se extendieron sus brazos. Déjate abrazar. Sentirás la seguridad que necesitas bajo su protección.

Ese afecto de Dios hacia a nosotros debe ser recíproco. El mismo afecto que debemos sentir por los demás. Alguien dijo que «Un abrazo, es una muestra de afecto, cariño y amor que resucita la esperanza y le recuerda al que enfrenta una tormenta de la vida, que hay que seguir luchando con la fe y la esperanza de que hay luz al final del camino. En fin, un abrazo tiene la capacidad de hacer la diferencia entre el espíritu angustiado y uno de paz; entre el corazón desesperanzado y uno lleno de aliento y energía, entre una vida que ha perdido la esperanza y otra que continúa luchando con coraje y determinación» (Rev. Jorge Cotto).

Abrazar es un acto sencillo y cotidiano que reporta múltiples beneficios para la salud, la felicidad y las relaciones (Gema Sánchez Cuevas).

Por aquello de la prevención en estos tiempos de pandemia, si es posible, ofrezca aunque sea a distancia un abrazo al prójimo en el nombre de Cristo. Un abrazo puede encaminar una vida. Un abrazo puede cambiar una vida. Un abrazo puede salvar una vida. 

Dios extendió sus brazos en la cruz por amor a ti y a mí. Ha abierto sus brazos por medio de Cristo. Nos ama con amor eterno.

Recibe su abrazo, «Pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!» (Sl 91:4 DHH).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

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noviembre 28, 2022

El rating evangélico

Y dijo Jesús: «Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón...» (Mt 11:29)

En la construcción griega de Mateo 11:29 encontramos la expresión idiomática καὶ μάθετε ἀπ᾽ ἐμοῦ ὅτι πρᾷός εἰμι καὶ ταπεινὸς τῇ καρδίᾳ (kai mathete ap' emou hoti praus eimi kai tapeinós tē kardía). En dicha expresión apuntamos a los adjetivos «manso» y «humilde». «El adjetivo πρᾷος prâios, usado en ciertas partes como «manso», por ej. «humilde-manso». Viene de πραΰς praÿs, aparentemente una palabra principal; «apacible», por implicación «humilde-manso» (Strong's).

Ser manso podría significar «ser sumiso, no ofrecer resistencia». Ser humilde podría hacer alusión al «amor altruista». Durante su vida terrenal el Señor, dio ejemplo de lo que es ser manso y humilde en todo el sentido de la palabra. En la construcción de Mateo 11:29, estos adjetivos denotan una connotación seria y profunda. Se percibe un principio implícito: el amor altruista o desinteresado. Trabajar en pro de los demás sin esperar nada a cambio. 

Ser manso y humilde consiste en darse a sí mismo por los demás (Flp 2:2-8). La acción de Jesús, en el servicio comunitario fue desinteresada. En esto consiste el amor altruista aunque con ello se atente contra el bien propio (Sl 15:4). Jesús hizo su servicio comunitario en silencio. No pregonaba lo que hacía en favor de los demás (Mt 6:1-4).

Piense en las palabras de Jesús, «Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención... cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas, en las calles para que la gente les rinda homenaje» (Mt 6:1-2). Dicho esto, cabe preguntar, ¿Por qué las corporaciones religiosas, las corporaciones gubernamentales y demás se la pasan pregonando su servicio comunitario en la redes sociales, y otros medios de comunicación? Algunos dicen que es para darse a conocer. En realidad, ¿Qué nos motiva a hacer las cosas?

El apóstol Pablo, adujo: «Yo no ando buscando que la gente apruebe lo que digo. Ni ando buscando quedar bien con nadie. Para mí, lo importante es que Dios me apruebe» (Ga 1:9 TLA). Por otro lado, dice: «Una persona con un corazón transformado busca la aprobación de Dios, no la de la gente» (Ro 2:29 NTV). 

¿Qué nos motiva a hacer las cosas? 

Jesús dijo: «Cuando socorras a un necesitado, hazlo de modo que ni siquiera tu mano izquierda sepa lo que hace tu derecha» (Mt 6:3 BLP). Otra versión reza: «Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo» (DHH).

Ponga a un lado el rating evangélico. Sea humilde de espíritu como Jesús. Déjese sentir en silencio. No hay que pregonar para tener un buen rating. No necesitamos que el mundo nos apruebe. Lo importante es que Dios nos apruebe (Ga 1:9). Permítame iterar, ¿Qué te motiva a hacer las cosas? La Biblia tiene una excelente respuesta: "«En conclusión: uno debe de glorificar a Dios en todo lo que hace; hasta en lo que come y bebe» (1 Cor 10:31 NBV).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

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Correo electrónico: blopezrivera301@gmail.com

noviembre 25, 2022

Nuestra fe

"Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe..." (Hebreos 12:2, NVI)

Cuando pasamos por situaciones dolorosas e incómodas, tendemos a perder la fe. Nos cegamos. No podemos ver más allá. Nos desesperamos por la crisis social. Nuestra situación económica. La falta de empleo, la criminalidad, etc.

No olvides las palabras de Nahúm: "Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían" (Nahúm 1:7, NVI).

No perdamos la fe. Mira la poderosa palabra que nos provee Dios por medio del profeta Isaías: "Dios abrió un camino en el mar, a través de las aguas profundas, y por allí pasó su pueblo. Y ahora, Dios le dice a su pueblo: No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo. Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en la tierra seca. Haré brotar agua en el desierto y le daré de beber a mi pueblo elegido. Yo mismo lo he creado para que me adore" (Isaías 43:16-21, TLA). 

Comencemos a recobrar la fe con la última palabra de estos pasajes bíblicos. Comienza a adorar a Dios por medio de la oración, la alabanza y el estudio de su Palabra.

Dios, nos aconseja que no recordemos ni pensemos más en las cosas del pasado. Porque Él, va a hacer algo nuevo, y ya ha comenzado a hacerlo. Él, abrirá camino donde no lo hay. No importa la situación o los obstáculos que el enemigo haya puesto en el camino. La Palabra dice que nuestro Dios todopoderoso abrirá camino.

El proverbista aduce: "Confía de todo corazón en el Señor y no en tu propia inteligencia. Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto" (Proverbios 3:5-6).

Deja todas sus preocupaciones al Señor. No tema, Dios está contigo. No olvides que "Dios reina en las alturas, y desde allí contempla los cielos y la tierra. Dios gobierna con poder sobre todas las naciones. ¡No hay nada que se compare con nuestro Dios!" (Salmos 113:6, TLA)

"Dios nuestro, en tu presencia la gente buena crece y prospera como palmeras bien plantadas..." (Salmos 92:12-13, TLA).

"Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe..." (Hebreos 12:2, NVI)

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

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noviembre 24, 2022

Verdades dolorosas

"Las heridas de un amigo sincero son mejores que muchos besos de un enemigo" (Proverbios 27:6, NTV).

Me gustó mucho esta reflexión y quise compartirla contigo.

"Los verdaderos amigos te ayudan a crecer. Nadie como ellos para exponerse a señalar con amor tus defectos de carácter e invitarte a superar tus malas actitudes. Sin embargo, hay quienes no soportan este tipo de comentarios y se defienden como gatos panza arriba, prestos a responder a lo que interpretan como un ataque. Asimismo, creen que los buenos amigos te han de aceptar como eres, y no tratar de darte lecciones. Lo cierto es que nadie es perfecto. Por eso hay que agradecer a quien, corriendo el riesgo de ser malinterpretado, se atreve a invitarte a mejorar algunas actitudes personales. Por eso, señala un dicho: "Los amigos se hieren con la verdad para no destruirse con la mentira". Hoy pide al Señor que permita cultivar amistades que te ayuden a madurar, y ser mejor persona" (365 Vivencias de jóvenes como tú).

Recuerda, "Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos" (Proverbios 18:24, RVC)

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

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noviembre 17, 2022

Perdonar para ser libres

El ensayista británico y teólogo laico anglicano Clive Staples Lewis, mejor conocido como C.S. Lewis escribió: "Ser cristiano significa perdonar lo inexcusable, porque Dios ha perdonado lo inexcusable en ti".

El pensamiento de este autor es significativo pero perturbador para el corazón no regenerado. Cuesta pensar que somos insensibles para perdonar.

Castellanos, aduce: "El perdón nos enseña que podemos estar en desacuerdo con alguien, sin retirarle nuestro cariño; es ver las heridas como la oportunidad para crecer en amor a los demás. Es dejar de ser juez del mundo" (Luis Valdez Castellanos, "El gozo de perdonar")

El autor David Augsburger, en su libro "Perdonar para ser libres" cuenta la historia de una mujer maltratada brutalmente por su esposo. Augsburger, pregunta: ¿cómo puede seguir amándolo, y perdonándolo? Ella contesta: "El perdón y el amor que yo puedo darle, es lo único que lo liga a Dios, ¿cómo puedo negárselo?" Lo que hizo esta mujer fue lo que sucedió aproximadamente dos mil años atrás en el evento del Calvario.

La acción de esta mujer (perdón altruista) ocurre cuando aprendemos a mirar a nuestro alrededor con los ojos amorosos de Cristo. Pero si Cristo no vive en nuestro corazón se hará difícil perdonar. 

No seamos piedra de tropiezo. Dejemos en el pasado la actitud egoísta de que me hirieron, y no perdono porque lo va seguir haciendo. O, la actitud de que no merece ser perdonado. Cabe preguntar, ¿y nosotros lo merecemos? ¿Hemos reflexionado en el evento del Calvario? 

Pedro, le preguntó a Jesús, "Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces? No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús— (Mateo 18:21-22, NVI). Parece ser que Jesús, le sugiere a Pedro, que no debe haber límites ni condiciones para perdonar. En otra ocasión dijo: "No se conviertan en jueces de los demás, y Dios no los juzgará a ustedes. No sean duros con los demás, y Dios no será duro con ustedes. Perdonen a los demás y Dios los perdonará a ustedes" (Lucas 6:37, TLA). 

Debemos valorar a las personas así como hizo Cristo. Debemos valorar al prójimo así como hizo aquella mujer maltratada. ¡Ojalá! Podamos repetir sus palabras en nuestras acciones, "El perdón y el amor que yo puedo darle, es lo único que lo liga a Dios, ¿cómo puedo negárselo?" De eso es que se trata, porque Dios ha perdonado lo inexcusable en ti.

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

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noviembre 16, 2022

Estamos para amar no para condenar

Vivimos en una sociedad de discrimen, prejuicio y racismo. Una sociedad que valora a las personas por su apariencia exterior. Una sociedad formada por moralistas intolerantes que no vacila en condenar. A Dios gracias porque hace la diferencia en una sociedad tan cruel. "Pues, Dios, ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón" (1 Samuel 16:7). 

La intolerancia religiosa ha fragmentado nuestra sociedad. El discrimen, el prejuicio y el racismo ha llegado al extremo. Una sociedad confundida espiritualmente. Pero Dios, no es Dios de confusión, sino de paz (1 Corintios 14:33). 

Un cristiano es un seguidor de Cristo. Por lo tanto, la hipocresía, el prejuicio, el menosprecio, la crítica, la intolerancia y el discrimen no son parte integral de la vida cristiana. No son parte de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23).

¿Te consideras una persona cristiana, o moralista o un religioso más en la sociedad? ¿Eres de los que toma la Biblia, únicamente para condenar? En realidad la Palabra de Dios no es solamente para reprender, sino también útil para enseñar, y para instruir en la justicia… (2 Timoteo 3:16-17)

Si solamente te dedicas a reprender y, a corregir pero no instruyes para justicia, entonces eres un religioso más de los que juzga, discrimina y condena al homosexual, al drogadicto, al tatuado, al expresidario, a la prostituta, al borracho, en fin a los marginados por la sociedad. Te aventuras a condenarlos sin saber sus circunstancias. Los discrimina y los repudia por su estatus social.

Las personas como tú tienden hacer lo mismo en todo. En la iglesia son una cosa pero en el hogar son otra. Te molestas con tus hijos. Eres intolerante con ellos. Te impacienta cuando toman decisiones diferentes a las tuyas. Diferentes a tu estilo de vida. No obstante, debes respetar las decisiones que ellos tomen en su mayoría de edad. Si tus hijos han tomado la decisión de vivir un estilo de vida diferente, es su decisión. Tu injerencia en torno a la privacidad de ellos es una falta de respeto. No te apresures a juzgar y, a condenar a tus hijos porque piensan diferente a ti. Pregunto, ¿te faculta la Biblia, para juzgar y condenar a los demás? Pregunto por aquello que dice: "Porque del mismo modo que juzguen a los demás, los juzgará Dios a ustedes, y los medirá con la misma medida con que ustedes midan a los demás" (Mateo 7:1-2, BLPH). Si eres una persona intolerante sabrás que serás medido con la misma vara. "No se conviertan en jueces de los demás, y Dios no los juzgará a ustedes. No sean duros con los demás, y Dios no será duro con ustedes. Perdonen a los demás y Dios los perdonará a ustedes" (Lucas 6:37, TLA).

Posiblemente, te preocupa tu religiosidad y el respeto social. Y, al igual que la mayoría de los padres, piensas que mientras tus hijos vivan bajo tu techo tienen que respetar. No crees que el respeto es mutuo. No olvides que solo eres padre, solamente eso. No eres dueño de tus hijos. Son propiedad de Dios. Independientemente de las decisiones que tomen, estamos para amarlos no para condenarlos. Tu deber es respetar sus decisiones. Dios se encargará de lo demás. 

Quiero recordar a esos llamados cristianos que la Palabra de Dios no es un látigo para azotar. No es un libro inspirado para juzgar y condenar, sino para amar y bendecir. Entiendo que hayas educado a tus hijos en un sistema educativo formado por principios y valores cristianos. Pero debes entender que cada hijo es un ser individual que toma sus propias decisiones. Ellos eligen el camino a seguir en la vida. Si tus hijos toman la decisión de hacer un cambio en sus vidas, independientemente, debes aceptarlos como persona y amarlos. Tus hijos siguen siendo las mismas personas educadas con los mismos principios y valores. Los mismos seres humanos que Dios puso en tus manos. No tienes por qué hostigarlos ni maltratarlos para que cambien de parecer. Deja eso en las manos del Señor. Él, es el único que conoce el corazón del ser humano. Una cosa es que basado en tus principios y valores no aceptes las decisiones de tus hijos, y otra cosa es dejarlos de apoyar en el transcurso de la vida. 

Dios, es el único que conoce los sentimientos profundos del corazón. Dios, es el único que puede trabajar con la mente de ser humano. Te recuerdo que estamos para amar no para condenar. Si un familiar cambia su estilo de vida, opuesto a tus principios y valores, no lo juzgue ni lo condenes, sino ámalo. Solo a Dios le corresponde hacer su justo juicio (Salmos 119:137). Deja todo en la manos de Dios. Por favor, no levantes la mano para agredir. No levantes la voz para ofender. No utilices la Santa Palabra de Dios para condenar. Demanda sabiduría de lo alto: "La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz" (Santiago 3:17-18). 

Reitero, solamente eres padre. No eres dueño de tus hijos. Son prestados. Te exhorto a que ames sobre todas las cosas. Si se olvidan que existes, perdónalos. Si tienes la oportunidad, abrázalos y dile que los ama con todo tu corazón. Que son lo más preciado que Dios te ha dado.

Padres, si tanto les preocupa el qué dirán por el prestigio de ser cristianos, y sus hijos han tomado decisiones que le incomodan, ya sea tatuarse, relacionarse con personas no cristianas, convivir con otros o tener otras preferencias sexuales, etc., deje el asunto en las manos del Señor. ¡Dios sabrá qué hacer! Usted no conoce el corazón de sus hijos más de lo que Dios lo conoce. Por lo tanto, no juzgue, no condene. Ame y abrace a sus hijos aunque no esté de acuerdo con sus decisiones. Ámelos como si no existiera nadie más a quien amar. Saque de su sistema todo aquello que afecte su relación con Dios, y con sus hijos. ¡Valora y ama! Recuerda estas palabras, "Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, te atraje hacia mí…" (Oseas 11:4). ¡Vívalas! ¡Practíquelas con sus hijos! ¡Valora y ama! 

Hijo, sé que sientes el rechazo de la sociedad. Peor aun, el de tu familia. Posiblemente, tu familia ha buscado versículo por versículo en la Biblia para juzgarte y condenarte. Pero han dejado aun lado los versículos de sanación. Por favor, no tomes rencor contra tu familia ni contra Dios. A diferencia del hombre que mira la apariencia exterior, Dios mira el corazón (1 Samuel 16:7). Conoce tus sentimientos. Te acepta tal y como eres. Él dice: "El que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera" (Juan 6:37). Deja que Jesús, trabaje con tus sentimientos. Permite que él dirija tu vida. No olvides que Jesús, sigue siendo el mismo Jesús que se sentó a compartir con las personas marginadas por la sociedad de su época (Mateo 11:19). Muchos lo rechazaron porque pensaba diferente a ellos. Pero muchos lo amaron porque era diferente a los demás. No tomes rencor contra Jesús. Él conoce tu corazón. Tal vez, estas palabras sean fuertes para oídos ajenos al amor, pero lo que piensen tus padres, y la sociedad es irrelevante. La salvación es individual. Solo Dios conoce tu corazón. Lo importante es lo que Dios piensa de ti. 

Padres, una vez más les exhorto a amar y aceptar a sus hijos. Apóyenlos en el transcurso de la vida. Con esto no estamos negando la fe, ni tirando por la ventana los principios bíblicos ni los valores cristianos. Nadie puede cambiar lo que está escrito en la Biblia. Es palabra de Dios. El evangelio de Jesucristo está siendo predicado a toda criatura. De manera que cada cual ha escuchado la palabra de Dios. Cada cual sabe lo que hace. Cada cual tomará su decisión, y responderá por ello ante Dios. No ante usted. Dios, no obliga a nadie en la toma de decisiones. A eso se le conoce como libre albedrío. Cada cual elige su camino. Por lo tanto, deje cada situación de su familia en las manos de Dios. Eso, sí, aprenda a valorar la vida de sus hijos, así como Dios valora la suya. No permita que el prejuicio, la mala voluntad o el celo religioso echen todo a perder. No olvide que Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón. 

Reitero, si se olvidan que existes, perdónalos. Si tienes la oportunidad, abrázalos y dile que los ama con todo tu corazón. La ausencia física provocada por circunstancias ajenas a tu voluntad no impide que los sigas amando.

Estamos para amar, no para condenar. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor (1 Juan 4:8).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

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noviembre 13, 2022

Tu Getsemaní

El relato sanmateano del huerto de Getsemaní, diserta la oración agónica de Jesús: "Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras" (Mateo 26:39). El relato lucano narra que mientras Jesús oraba, su agonía llegó a tal extremo que su sudor era como grandes gotas de sangre (Lucas 22:44). El autor hebraisante relata que cuando Cristo vivió en la tierra, oró a Dios y le pidió ayuda, porque era el único que lo podía salvar de la muerte. Jesús oró llorando y suplicando a gritos, y Dios respondió a sus oraciones porque Jesús era humilde y hacía todo lo que agradaba a Dios (Hebreos 5:7).

¿Qué fue lo que provocó la fuerte agonía en Jesús? ¿Qué contenía la copa que le produjo tanto dolor y angustia? Sin lugar a dudas, la copa contenía la ira de Dios (Jeremías 25:15-17; Habacuc 2:16; Apocalipsis 14:10). Jesús, bebió hasta el último trago amargo de la copa de la ira de Dios. Cabe preguntar, ¿qué provocó la ira de Dios? Habacuc, parece inferir que fue el pecado: "Tú eres demasiado puro para consentir el mal, para contemplar con agrado la iniquidad" (Habacuc 1:13, DHH). 

Antes de llegar a la cruz, hubo un Getsemaní, para Jesús. Su copa fue amarga, insoportable y agónica. 

¿No sé cuál es tu Getsemaní? ¿No sé cuan amarga e insoportable es tu copa? Cuando miras a tu alrededor solo hay oscuridad. Lloras a gritos pero nadie te escucha. Nadie entiende tu dolor. Jesús dijo: "Si alguno quiere ser mi discípulo, cargue con su cruz, y sígame" (Mateo 16:24). Estas palabras podrían significar que hay que estar dispuesto a todo, incluso a morir por Cristo. Habrá de todo en nuestro caminar con Dios. No olvides que antes de llegar al Calvario, hubo un desierto y un Getsemaní para Jesús. No sé que tan fuerte sea para ti pero tendrás tu desierto y tu Getsemaní.

No te impacientes. No te desanimes. Porque en algún momento de tu Getsemaní, en plena oscuridad "se levantará el Sol de justicia, y en sus alas traerá sanidad" (Malaquías 4:2). Jesús, nuestro Sol de justicia traerá sanidad para tu vida. Ya sea sanidad física o espiritual. Necesitamos ambas. Lo que hoy parece tan amargo, insoportable y agónico para ti, pasará. No sé cuál es tu Getsemaní, pero lo que salga de su boca determinará tu aflicción o bendición. Por eso, no te inquietes ni te impacientes ni te desanimes.

Clama al Padre. Pídele ayuda. Llora a gritos. Suplica si es posible como hizo Jesús. Mientras pasas por el proceso, procura hacer todo lo que agrada al Señor (Hebreos 5:7), y verás como se levantará el Sol de justicia, y traerá sanidad para ti (Malaquías 4:2).

Que la paz de nuestro Señor Jesús, te acompañe en tu desierto y tu Getsemaní, porque el Calvario ya pasó. Jesús, lo sufrió y venció por amor a ti. ¡A él sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos!

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

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noviembre 12, 2022

Y, dijo el hombre: Hagamos a Dios, a nuestra imagen

No se confunda. No es cuestión de astigmatismo. Lo que usted leyó es exactamente lo que suscribe el título de esta reflexión, «Y, dijo el hombre: Hagamos a Dios, a nuestra imagen». Título no explícito bíblicamente pero no debe sorprenderle. Es lo subyacente en Génesis 3. 

La Biblia, diserta que Dios creó a la pareja edénica a su imagen y semejanza (Ge 1:26-27). El relato genesiano culmina con esta declaración: «Y Dios vio todo lo que había hecho y he aquí que era bueno en gran manera» (Ge 1:31). Hasta ese momento todo estaba en orden. Pues, Dios es un Dios de orden (1 Cor 14:33). Sin embargo, la dinámica del orden cósmico cambia en Génesis 3. La toma de decisión de uno de los seres creado cambió todo el panorama. Después de la caída, es el ser creado quien decide crear a Dios a su propia imagen, es decir, mentaliza su propio dios -el dios que llevamos dentro. Hemos creado nuestro propio concepto de Dios. Lo hemos idealizado conforme a nuestra percepción. La narrativa genesiana enuncia que la humanidad comenzó a tener problemas debido a la toma de decisión de la pareja edénica (Ge 4:8; 6:1-5). Génesis 6:5 aduce: «El SEÑOR vio que la gente en la tierra era muy mala y que todo lo que siempre pensaban no era más que maldad».

La toma de decisión edénica trajo consigo problemas y malentendidos. Entre ellos, la distorsión de la imagen del Creador. Los seres humanos comenzaron a crear a Dios, a su propia imagen. La nueva naturaleza caída adquirida comenzó a hacer una nueva imagen de Dios. Tanto así, que posteriormente Dios tuvo que amonestar a la raza caída: «No te harás imagen de ninguna cosa que está en el cielo...» (Ex 20:4). Más tarde Pablo, escribió: «...cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador» (Ro 1:25). Más allá de la amonestación prohibitiva en el evento exodiano (20:4) podría incluirse la percepción del dios que llevamos dentro. El dios que hemos creado.

Según Génesis 3:6, el ser creado decidió alcanzar la sabiduría del Altísimo. Alcanzar la sabiduría del Altísimo, puede estar relacionado con crear a Dios a nuestra propia imagen, o sea, crear nuestro propio dios. Todos tenemos una imagen o percepción diferente de Dios. Tal vez esto haya sido un factor del porqué existen aproximadamente 4.300 confesiones religiosas. Diversidad perceptiva. Algunos infieren que Dios es trino. Tres Personalidades singulares comparten la esencia divina (trinitarismo). Otros deducen que en Dios hay dos Personalidades singulares (biteísmo), y otros coligen que Dios es una divinidad (unitarismo).

Como he mencionado, la toma de decisión edénica trajo consigo muchos problemas. En una de las cartas cursada por el apóstol Pablo, se diserta lo siguiente: «A pesar de los seres humanos haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón». Además, aduce que «…..los seres humanos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador» (Ro 1:21, 25). El último enunciado de este pasaje es significativo: «adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador». Podríamos puntualizar lo siguiente, por supuesto, no en el contexto dado pero sí podemos extraer algún principio. La sintaxis de este enunciado consta de dos verbos y un sustantivo. Concentrémosnos en el verbo λατρεύω latreúō, ministrar, rendir homenaje religioso: servir, hacer el servicio, adorar, y el sustantivo κτίσις ktísis, criatura -que puede ser cualquier cosa (Strong's). Hoy en día la mayoría de las personas religiosas le sirven más a la criatura que a Dios mismo. Se alinean más a las figuras prominentes de sus iglesias que a Dios. Creen más en percepciones humanas que a Dios.

¿Qué sucede si una de las figuras prominentes, a la que estás alineado, ya sea el sacerdote de tu iglesia, o el pastor, o el evangelista está ofuzcada con su cultura? Demás está decir que el enceguecimiento cultural es peligroso porque pretende escuchar más a la cultura que a la voz del Espíritu Santo. En otras palabras, es un riesgo seguir la voz de una figura prominente incitada por los instintos culturales en vez de la convicción del Espíritu Santo. Tomar decisiones espirituales basadas en instintos culturales es peligroso. Leí en un artículo algo semejante, textualmente dice: «Si no encaja con mi cultura, no es de Dios y no es para mi. Parece ser el principio detrás de la vida de muchos. La realidad es que cuando el hombre hace cultura hay esperanza, porque la puede cambiar cuando su luz aumenta. Pero cuando la cultura hace al hombre no hay esperanza».

Cabe preguntar, ¿cuándo el ser humano decidió crear a Dios a su imagen? En el mismo momento que deseó adquirir la sabiduría del único Dios sabio. El evento de Génesis 3 es iterativo. Es una realidad innegable. El testimonial de muchos refleja el mal edénico. Eva, quiso adquirir la sabiduría del único Dios sabio. Pablo, nos dice quién es el único Dios sabio (Ro 16:27). Algunos en vez de demandar la sabiduría que viene de lo alto, o sea del único Dios sabio (Stg 3:13-18), hacen lo contrario. Tal como hizo Eva, se hacen sabios ellos mismos. Toman el lugar de Dios. Al tomar el lugar de Dios, toman decisiones que solo le corresponden al único Dios sabio. En la Biblia, encontramos la expresión hombre de pecado (2 Tes 2:3). Por lo general, este pasaje es visto de forma profética. Se le da diferentes interpretaciones, por ejemplo, como un principio de pecado. En este caso, el hombre de pecado es el «principio» de maldad. O se aplica a un sistema religioso (el imperio romano), o un personaje (el Anticristo), o Satanás. Independientemente de la exégesis de este pasaje, permítame iterar algo que he escrito antes con respecto a la expresión «hombre de pecado». En la carta cursada por el apóstol Pablo en la pequeña sección apocalíptica plasmada en 2 Tesalonisenses 2:1-12, en específico el (v. 3) encontramos la expresión griega [ánthrōpos hamartía, traducida como «hombre de pecado», literalmente, «ese hombre del pecado» (lo que lo caracteriza es el pecado)]. Posteriormente, en el (v. 8) lo llama «aquel inicuo» traducción del adjetivo ἄνομος ánomos «sin ley», puede ser traducido como «hombre de ilegalidad». La semántica de esta expresión es significativa porque hace alusión al que obra sin ley, por voluntad propia. El que se pone en el lugar de Dios. El que toma el lugar que le corresponde a Dios. Como reza la Biblia del jubileo: «...oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o divinidad; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios» (1 Tes 2:3-4, JBS). Más allá de la exégesis que se le dé a esta expresión, el principio es que se opone a Dios. Pretende tomar el lugar que corresponde a Dios. Tal como hizo Eva. Este pasaje tiene una connotación con Génesis 3 con respeto a la toma de decisión de Eva. En Génesis 3:6, encontramos el sustantivo femenino [תַּאֲוָה (taʼăvâh, «anhelo o deseo excesivo»)]. Dios había creado a Eva para que fuera ayuda idónea de Adán. Ayuda idónea significa «sentido de igualdad». Pero la propuesta de Satanás: «serás como Dios» llamó su atención. Ser como Dios significa «adquirir su sabiduría»: «La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era deseable para adquirir sabiduría» (Génesis 3:6, NVI). En este pasaje encontramos el verbo hebreo [שָׂכַל (śāḵal, significa «hacerse sabio»)]. La semántica etimológica de este verbo implica que Eva, no quería alcanzar la autoridad de Adán, esa autoridad era idónea, sino que deseaba una autoridad máxima, a saber, hacerse sabia (ser) como Dios. Fue creada a imagen y semejanza de Dios. Fue creada para estar con Adán, en sentido de igualdad, pero deseó ser como Dios, conociendo el bien y el mal. En cierto sentido fue como Dios conociendo el bien y el mal (Ge 3:22). No se conformó con ser creada a imagen y semejanza de Dios, sino que quiso ser como Él. El resultado alcanzado: «destituida de la gloria de Dios». La mujer que había sido creada a imagen y semejanza de Dios, optó por la imagen y semejanza de Satanás. A la verdad que el pecado es algo terrible. 

Hemos creado o idealizado nuestro propio dios. El dios que llevamos dentro. El dios del prejuicio, la negligencia, la desigualdad, la intolerancia y la inseguridad. Literalmente, hemos optado por crear a Dios, a nuestra imagen distorsionada por el pecado. 

«Y, dijo el hombre, hagamos a Dios, a nuestra imagen». La peor toma de decisiones de la historia humana, idealizar a Dios conforme a nuestra imagen y semejanza corrompida por el pecado.

Señor, te pedimos perdón por ponernos en tu lugar a la hora de tomar decisiones. Que en tu nombre podamos restituir el daño que hemos causado. Gracias por perdonarnos en Cristo Jesús.

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

Con excepción de las fuentes citadas, el contenido literario es propiedad del autor. Si desea compartir la información, por favor, dé los créditos a las fuentes citadas como también a: bibliondidaskalia.blogspot.com

noviembre 09, 2022

Negligencia espiritual

Después de un fuerte día de trabajo quise recostarme bajo un árbol, y meditar en todo lo que había hecho en el día. Dije, bueno Bengie, todo está en orden, ahora puedes descansar. De repente alguien se acerca. Se sienta a mi lado. Me saluda, y me llama por mi nombre. Le pregunté, ¿quién eres? Contestó, mi nombre es Jesús, pero todos me llaman Señor. Continuó hablando, y me dice: Bengie, estás pensando en todo lo que has hecho en el día. Sabes, la Escritura aduce: "No te niegues hacer un favor siempre que puedas hacerlo. Nunca digas: 'Te ayudaré mañana', cuando puedas ayudar hoy" (Proverbios 3:27, 28, TLA). Después dijo: "El que no atiende a los ruegos del pobre tampoco obtendrá respuesta cuando pida ayuda" (Proverbios 21:13, DHH). Pensé que todo estaba en orden, Señor. Pero enunció: "Todo lo que esté a tu alcance, hazlo con todas tus fuerzas" (Eclesiastés 9:10).

Por un momento quedé desorientado. Él, continuó hablando, y dijo: "Prestarás toda tu atención a los ruegos de los desamparados, y no dejarás de atenderlos" (Salmos 102:17, TLA). Dije entre mi, ¿de qué está hablando? Me parece que había hecho todo bien. 

Me miró fijamente, y preguntó, ¿qué piensas? -Qué pienso, respodí. ¡Qué bien, ahora es mi oportunidad de hablar! Tan pronto pronuncié su nombre, me interrumpe, y enuncia: Bengie, no menciones mi nombre para justificarte. Porque no todo el que me dice Señor, Señor entrará al reino de los cielos (Mateo 7:21-23). 

Quedé sin palabras. Cambié de un lugar a otro pensando en sus palabras. Me senté bajo otro árbol a meditar. Sus palabras calaron en lo más profundo y causaron dolor y tristeza en mi corazón. Sin embargo, todo lo disertado era verdad. ¡Pensé que todo estaba bien!

A veces pensamos que todo está bien. Que nuestra vida está en orden con el Señor, "Engañoso es el corazón más que todas las cosas..." (Jeremías 17:9). Hay muchos desamparados, y necesitados en nuestro derredor. Sus palabras calaron profundamente hasta reflexionar y entender que fuimos llamados para servir, no para ser servidos (Mateo 20:28). 

El finado Simon J. Kistemaker escribió: "La persona que demuestra una religión verdadera visita a los huérfanos y a las viudas en su tribulación. Decide en su corazón ser guardián y proveedor, alivia sus necesidades y les demuestra el amor del Señor de palabra y de obra" (Mt 25:35-40). En otro lugar adujo: "La negligencia equivale a no tener en cuenta a Dios y al prójimo y es, por lo tanto, un pecado contra la ley de Dios".¹

Reflexionemos 
"No te niegues hacer un favor siempre que puedas hacerlo. Nunca digas: 'Te ayudaré mañana', cuando puedas ayudar hoy" (Proverbios 3:27, 28, TLA). Puede ser que mañana sea tarde. "Todo lo que esté a tu alcance, hazlo con todas tus fuerzas" (Eclesiastés 9:10). No te niegues hacer un favor siempre que puedas hacerlo. "Prestarás toda tu atención a los ruegos de los desamparados, y no dejarás de atenderlos" (Salmos 102:17, TLA). No olvides que, "El que no atiende a los ruegos del pobre tampoco obtendrá respuesta cuando pida ayuda" (Proverbios 21:13, DHH). "Si de gracia recibiste, dad de gracia" (Mateo 10:8). 

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

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1. Kistemaker, Simon J. (2007). Comentario al Nuevo Testamento: Exposición de Santiago y de las Epístolas de Juan. Libros Desafío. págs. 62, 132.

noviembre 07, 2022

Soy propiedad de Dios

"Yo soy Dios, tu creador; yo te formé desde antes que nacieras, y vengo en tu ayuda. No tengas miedo... tú eres mi fiel servidor, tú eres mi elegido..., y se grabarán en la mano: Yo soy propiedad de Dios" (Isaías 44:2, 5, TLA).

Somos propiedad de Dios. Le pertenecemos tanto por creación como por redención. Su Palabra dice: "Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos..." (Isaías 49:16, NTV)

Somos propiedad de Dios. Él, nos salvó. En realidad nos compró y pagó un precio muy alto por nosotros. Por eso, debemos dedicar nuestro cuerpo a honrar y agradar a Dios (1 Corintios 6:20).

Dios, se complace en escuchar las súplicas de su Hijo, y responde a ellas. Cuando Jesús, intercede por nosotros ante el Padre, muestra sus manos, y ruega, perdónalos, los tengo esculpidos en mis manos. Mis manos fueron laceradas por ellos. Yo pagué el precio, ellos me pertenecen. Si Jesús, está contigo ¿quién contra ti? "¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros" (Romanos 8:35, NVI).

Recuerda, las misericordias del Señor jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es su fidelidad! (Lamentaciones 3:22-23). "Dios se acuerda de los afligidos y no olvida sus lamentos," (Salmos 9:12, DHH). Porque eres propiedad de Dios.

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

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(TLA) "Traducción Lenguaje Actual"
(NTV) "Nueva Traducción Viviente"
(NVI) "Nueva Versión Internacional"
(RV 1960) "Reina Valera 1960"
(DHH) "Dios Habla Hoy"

noviembre 06, 2022

Buenas noticias para los afligidos

En una ocasión nuestro Señor Jesucristo adujo: "Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo" (Juan 16:33, NBD)

Santiago, diserta: "Uno es tentado cuando se deja llevar por un mal deseo que lo atrae y lo seduce" (Santiago 1:14, PDT). Otras versiones rezan: "seducido por su propia pasión" (LBLA, RVA 2015), "Por sus propios malos deseos" (DHH). 

Cuánto sufrimos cuando somos atacados, tentados por la seducción de nuestros propios malos deseos. Al igual por los embates que recibimos del enemigo. Atacados tanto interna como externamente. Sufrimos porque no queremos pecar contra Dios (Salmos 119:11). Nos preocupamos por lo que Jesús dijo: "De la mente salen los malos pensamientos, asesinatos, adulterios, pecados sexuales, robos, calumnias e insultos" (Mateo 15:19, PDT). Es nuestra lucha interna. La lucha constante contra nuestra naturaleza caída: "Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago" (Romanos 7:14-15, RV 1960). Por otro lado, sufrimos la lucha externa. Las acusaciones del enemigo (Job 1:9; 2:5; Zacarías 3:1-2; Lucas 22:31; Apocalipsis 20:10). Estratégicamente el trabajo del enemigo es engañar, hacer caer y luego acusar. Hacer pensar cosas que perturban la mente y roban la paz.

Significativas las palabras del erudito Matthew Henry: "Se manifiesta en la tentación de Cristo que nuestro enemigo es sutil, mal intencionado, y muy atrevido, pero se le puede resistir, "Sométanse, pues a Dios. Resistan al diablo, y este huirá de ustedes" (Santiago 4:7, DHH).

El consuelo para nosotros, según Matthew Henry, es que Cristo sufrió siendo tentado, porque así se manifiesta que nuestras tentaciones, mientras no cedamos a ellas, no son pecado, solo son aflicciones.

Es cierto, Jesús dijo: "De la mente salen los malos pensamientos...", y nos preocupamos por ellos. Pero mientras no cedamos a ellos, no son pecado, solo son aflicciones.

Reitero, solo son aflicciones. No permitas que el enemigo robe la paz que Cristo te ha dado. Solo quiere hacerte creer lo que en realidad no ha pasado. Hacerte pensar cosas que perturban la mente y roban la paz. Pero no olvides, mientras no cedas a los malos pensamientos, no es pecado, solo son aflicciones.

Te dejo con las palabras de Jesús: "Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo" (Juan 16:33, NBD). Créeme, Él venció, y nos ayudará a vencer.

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

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(NBD) "Nueva Biblia al Día"
(LBLA) "La Biblia de las Américas"
(RVA 2015) "Reina Valera Antigua, 2015"
(DHH) "Dios Habla Hoy"
(PDT) "Palabra de Dios para Todos"

noviembre 05, 2022

Dios, estableció tu victoria

"¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! ¿Quién podrá acusar a los que Dios ha escogido? Dios es quien los hace justos. ¿Quién podrá condenarlos? Cristo Jesús es quien murió; todavía más, quien resucitó y está a la derecha de Dios, rogando por nosotros. ¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta? Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 8:31, 33-35, 37, DHH)

Así como Dios prometió la victoria a su pueblo, así también promete tu victoria en el peregrinar hacia la eternidad. Dios, lo ha prometido. Créeme, que lo cumplirá: "así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié" (Isaías 55:11, LBLA).

Acepta su palabra. Sigue avanzando en tu peregrinar. No importa los obstáculos ni la adversidad que el enemigo ponga delante de ti. Tu victoria está escrita. ¡Créelo! Como dijo el apóstol Pablo: "Así que, ¡anímense! Pues yo le creo a Dios. Sucederá tal como él lo dijo," (Hechos 27:25, NTV). Mientras el enemigo planea tu derrota, Dios ya estableció tu victoria. Dios te dice: "Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes" (Éxodo 14:14, NVI).

Tu victoria está escrita gracias a lo que Cristo hizo en la cruz. Él, pagó nuestro rescate. Él, venció por ti y por mí. Si la victoria de Cristo está asegurada, entonces la nuestra está escrita: "Les digo estas cosas para que estén unidos a mí y así sean felices de verdad. Pero tengan valor: yo he vencido a los poderes que gobiernan este mundo" (Juan 16;33, TLA). Si la victoria de Cristo está asegurada, entonces tu victoria está grabada: "Los tengo grabado en las palmas mis manos" (Isaías 49:16).

Sí, tu victoria está escrita. Yo así lo creo. Yo le creo a Dios, "Así que, ¡anímense! Pues yo le creo a Dios. Sucederá tal como él lo dijo," (Hechos 27:25, NTV). Persevera, cueste lo que cueste. Persevera porque el que persevera hasta el fin, ese será salvo (Mateo 24:13).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

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noviembre 04, 2022

¡Hoy es el día!

"Este es el día en que el SEÑOR ha obrado; ¡Alegrémonos y seamos felices en él!" (Salmos 118:24, PDT)

La Palabra de Dios, aduce: "Ahora dice el Señor a su pueblo: Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado" (Isaías 43:18, DHH). Por otro lado, dice: "Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas" (Mateo 6:34, NVI). También enuncia: "Este es el día en que el SEÑOR ha obrado; ¡Alegrémonos y seamos felices en él!" (Salmos118: 24, PDT)

El ayer es cosa del pasado para qué traerlo a nuestro presente. El mañana aún no llega para qué pensar en él.

La síntesis a seguir, es un fragmento de mi lectura  devocional: "Hay dos días por los que no debemos preocuparnos: uno de ellos es el ayer, con sus errores y cuidados, faltas y equivocaciones. El ayer se ha ido para siempre, y ya está fuera de nuestro control. No podemos borrar las palabras dichas. El otro día por el que no debemos preocuparnos es el mañana, con sus posibles adversidades, sus cargas y sus grandes promesas. El mañana está fuera de nuestro control inmediato. El sol de mañana va a salir, ya sea con gran esplendor o detrás de una masa de nubes, pero saldrá. Hasta que el sol salga otra vez, no tenemos nada que ver con el día de mañana, porque todavía no ha nacido" (Devoción Matutina).

Por lo tanto, hoy es el día. El día en que el Señor obrará en tu vida. Deja tus problemas en las manos del Señor. Que todo lo que sobrevenga hoy, ya sea dolor, tristeza, amargura... sea vencido en el Nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Cristo Jesús. Declaro en su nombre que seas próspero en todo. Declaro en su nombre muchas bendiciones para ti. Declaro que su poder te perfeccione. Declaro que su poder obre en tu vida tanto el querer como el hacer su buena voluntad. "Hagamos fiesta en este día, porque en un día como este Dios actuó en nuestro favor" (Salmos118:24, TLA). 

Declaro en su nombre que hoy sea tu mejor día. Sea en la prueba o en la aflicción. Sea que no tengas fuerzas. Recuerda, "Para todo tenemos recursos en él que nos da las fuerzas" (Filipenses 4:13). El Señor te dice: "Sí, esfuérzate y sé valiente, no temas ni desmayes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas" (Josué 1:9, NBV). En otras palabras, ¡Sé un guerrero! ¡Sé una guerrera! Porque yo estaré contigo dondequiera que vayas.

Hoy es el día, y el enemigo lo sabe. El Señor lo reprenda. Está molesto porque sabe que el Señor puede reparar tu pasado, restaurar tu presente y asegurar tu futuro. Ama al Señor, obedece su Palabra, "has el bien y vivirás" (Proverbios 12:28; Salmos 37:27). Es todo lo que Dios pide: 
"¿Qué espera Dios de ustedes? Simplemente que lo respeten y obedezcan, y que lo amen y adoren con todo su ser" (Deuteronomio 10:12, TLA).

Declaro paz para tu vida en su nombre. "Que el SEÑOR te bendiga y te guarde. El SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia. El SEÑOR levante hacia ti su rostro, y ponga en ti paz" (Números 6:24-26, RVA 2015)

¡Ánimo! Este es el día, ¡Alegrémonos y seamos felices en él!

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noviembre 03, 2022

Tome su cruz

Jesús dijo a sus discípulos: "Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz y seguirme" (Mateo 16:24, NTV).

En el discipulado cristiano llevar la cruz no es optativo. La tomas o la dejas. Si la tomas, el yo queda crucificado. Pablo dijo: "Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí..." (Gálatas 2:20, NTV).

Tomar su cruz y seguirle puede significar que estás dispuesto a morir, o sea, a morir a sí mismo. Puede significar también sacrificar posesiones, sobre todo nuestra libertad. Es un proceso de discipulado donde nos aferramos a la gracia de Cristo para vencer el pecado del egoísmo que es la esencia de la perversión, el orgullo y la presunción que parecen ser pecados incurables pero se pueden vencer en Cristo Jesús. 

Toma tu cruz cada día. Recuerda, la vida cristiana no comienza con el nacimiento, sino con la muerte. Como dijo Pablo, hasta que el yo muera y quede crucificado. Cuando eso sucede, la incredulidad muere y la fe llega a vivir. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí son hechas nuevas (2 Corintios, 5:17).

Si le permites al Señor que tome el control de tu vida el "yo" morirá poco a poco hasta desaparecer (Gálatas 2:20). 

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

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noviembre 02, 2022

Confía, Él se manifestará

Dios, actúa de modo silencioso y oculto a nuestros ojos. El Dios que Jesús encarna, no es ni dramático ni sensacionalista. Dios, reposa en nuestro interior como una invitación que respeta totalmente nuestra libertad, nunca nos subyuga; pero, a la vez, nunca se ausenta (Ron Rolheiser)

Nos preocupamos mucho por nuestros problemas, situaciones, etc., pero confía, porque Dios, se manifestará de alguna manera. Es nuestro deber confiar. Dios, no dejará a sus hijos sin respuestas.

Su Palabra dice: "Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él" (Jeremías 17:7, NVI).

"Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas" (Proverbios 3:5-6, NVI).

"Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye" (1 Juan 5:14, NVI).

"Todo es posible para el que cree..." (Marcos 9:23).

"Dios no dejará en vergüenza a los que confían en él..." (Romanos 10:11, TLA).

"Quién en ti pone su esperanza jamás será avergonzado..." (Salmos 25:3, NVI).

¡Sabes! "El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad" (Salmos 145:18, NVI).

Mira al cielo y declara: "Cuando siento miedo, confío en ti, mi Dios, y te alabo por tus promesas; Confío en ti, mi Dios, y ya no siento miedo" (Salmos 56:4, NVI).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

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noviembre 01, 2022

Dependencia absoluta

Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Dios está en control: "Yo soy el único Dios, y mantengo bajo control todo lo que pasa en este mundo" (Isaías 41:4, TLA) 

Excelente pasaje para comenzar el día. Debería ser nuestro pasaje ideal para enfrentar los problemas a diario. Dependencia absoluta en el Señor. No esperes que los problemas te agobien; levántate cada mañana; pon tu vida en las manos del Señor, y verás que todas las cosas vendrán a bien. Descubrirás que los problemas no son el fin. No hay por qué rendirse. En fin, Dios se manifestará en tu vida y te susurrará cada día: «Donde tú no puedas llegar, llego Yo».

Nuestra vida está garantizada en la dependencia absoluta de Dios. Él tiene el control de todo. Nada pasa sin su aprobación. Permítele tener el control de tu vida. Aprende a depender únicamente en él. No confíes en tus propios recursos ni juicios, porque parecerá que tienes el control de todo y no es así. Sin Dios, no podemos manejar ni siquiera nuestra vida. 

La Biblia registra una lista extensa de hombres y mujeres que dependieron absolutamente de Dios (Hebreos 11). Esos ejemplos de dependencia por la fe están ahí para nosotros. 

Jesús, es nuestro mejor ejemplo de dependencia absoluta (Juan 5:30; Hebreos 5:7-9). Dependió únicamente de la voluntad del Padre. Aprendamos a depender absolutamente en Aquel que dijo: "Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: 'No temas, yo te ayudaré'" (Isaías 41:13, NVI).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

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