Integridad espiritual

«Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes; pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes.» (Lc 16:10 NTV). 

Se cuenta la historia de una joven a quien la muerte le arrebató la vida de un familiar. Los más allegados a ella la notaban muy triste. Pasado el tiempo, la joven comenzó a trabajar en el negocio de telas del familiar fenecido. En su primer día de trabajo se le acercó uno de los clientes favorito del fenecido. Este le pidió que midiera unas telas. Para su sorpresa, mientras medía las telas, notó que la cinta de medir tenía unas rayas marcadas. Observó que la medida no era la correcta. Se dio cuenta que su familiar fenecido había sido deshonesto con sus clientes. La joven se entristeció y por momentos se le veía llorando. Estaba preocupada por la falta de honradez, honestidad e integridad de su familiar. Pero más allá de todo, estaba preocupada por la salvación del fenecido [adaptado].

Con esta historia no pretendo juzgar si la persona fallecida es o no es salva. Esa decisión le corresponde solamente al Señor. Mi propósito gira en torno a la integridad del ser humano.

Como dice el pasaje bíblico: «Si son fieles en las cosas pequeñas, serán fieles en las grandes; pero si son deshonestos en las cosas pequeñas, no actuarán con honradez en las responsabilidades más grandes.» (Lc 16:10 NTV). 

De acuerdo con la carta cursada por Santiago, son muchas las formas como se puede hacer que los pensamientos de las personas se vuelvan a Dios. Pero el argumento más poderoso para inducir a los pecadores a volverse a Dios es la pureza y la paz del cristiano (Stg 5:20). Santiago, aduce que el testimonio de una persona es el argumento más fuerte que pueda haber. Esto es significativo porque hay personas que nunca han leído la Biblia. Y, tal vez la única Biblia que podrán leer sea nuestro testimonio.

Hay personas consideradas como intachables por aquello de ser buenos, serviciales, cooperadores, responsables, etcétera. Son cualidades muy bonitas, pero el testimonio de una persona va más allá. Usted puede tener todas las cualidades antes mencionadas, pero si su moral es cuestionable, entonces, su testimonio carece de principios y valores.

Usted puede ser una persona excelente. Puede tener unos padres excelentes. En los negocios puede ser un empleado excelente. Puede ser promovido a puestos superiores. Puede alcanzar metas imaginables. Sin embargo, puede llegar tan lejos como al lago de fuego apocalíptico (Ap 20:12-15). 

Muchos quedarán varados en el viaje a la Santa Ciudad Celestial. Serán solo espectadores en espera del juicio final porque su testimonio de vida no fue aprobado por Dios (Ap 20 y 21).

No olvide que su testimonio dice más que mil palabras. Sea integro, honesto y honrado. Procure hacer lo correcto y verá que aunque aparentemente no obtenga una recompensa inmediata, el Señor será glorificado y usted vivirá feliz ahora y en la eternidad. 

Piense en la disertación escritural paulina: «No crean ustedes que pueden engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado» (Ga 6:7 TLA).

Por favor, «Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse» (2 Ti 2:15 NVI). Pídele a Dios un corazón integro como pidió el salmista: «Crea en mi, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu» (Sl 51:10 NVI).

Que su Palabra pueda satisfacer su necesidad espiritual en este día. Confío que así será. Cuenta con mi Dios. Mi Dios es real. Mi Dios es Dios, porque únicamente él es Dios. Mi Dios sin igual.

¡Bendecido día!

«Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!» (Pr 23:23 NVI)

Prof. Benjamín López Rivera, MEd

Con excepción de las fuentes citadas, el contenido literario es propiedad del autor. Si desea compartir la información, por favor, dé los créditos a las fuentes citadas como también a: bibliondidaskalia.blogspot.com